«Y si tuviera el DON de profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy. Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me aprovecha. El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; NO BUSCA LO SUYO…». 1 Corintios 13:2-5
Por los frutos, no por los dones, ¡entraremos al Reino de los Cielos!
Compartir.
Facebook
Correo electrónico
Telegram
WhatsApp
Twitter
Artículo anterior¿Cómo estar seguro del Bautismo con el Espíritu Santo?
Artículo siguiente ¿Qué está por encima de todo?
Blogs relacionados
Añadir un comentario