Cuando Dios nos extiende Su Mano, no es para condenarnos, humillarnos o debilitarnos, sino para levantarnos, fortalecernos y guiar nuestros pasos.
- En Mateo 21:15-16, está escrito que los religiosos se indignaron al oír a los niños alabando a Jesús:
“Pero cuando los principales sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que había hecho, y a los muchachos que gritaban en el templo y que decían: ¡Hosanna al Hijo de David!, se indignaron…”. Mateo 21:15-16
- Estos días estuvimos hablando sobre el peligro de la levadura de los “fariseos” religiosos y de los “herodes” vanidosos, que se consideraban intocables y pensaban que nunca tendrían que rendir cuentas de su egoísmo, de su promiscuidad, de su vanidad y de su maldad.
El Señor Jesús dijo que tuviéramos cuidado con los fariseos y con los herodianos, que demuestran algo que no son, que quieren y valoran más las cosas y a las personas que a Dios, que la Salvación.
- Aquí dice que ellos habían visto las maravillas que Jesús había hecho, pero, en lugar de alabar a Dios y seguir el ejemplo de los niños y adolescentes que cantaban «Hosanna al Hijo de David», se indignaron.
- Los religiosos y los vanidosos se indignan cuando se Le atribuye a Dios toda la honra y toda la gloria, cuando no se Lo glorifica solo con palabras, sino con alegría, exultación, placer, pureza, sinceridad y transparencia, así como los niños.
“… y Le dijeron: ¿Oyes lo que estos dicen? Y Jesús les respondió: Sí, ¿nunca habéis leído: De la boca de los pequeños y de los niños de pecho Te has preparado alabanza?”. Mateo 21:16
- Jesús dijo que Dios busca a verdaderos adoradores, los que Lo adoran en espíritu, inteligencia, entendimiento, razón. Todo ser humano, sea un analfabeto o un catedrático, es dotado de inteligencia, espíritu, razón, y Él busca a los que Le adoran en espíritu y en verdad, sin vanidad, hipocresía; a los que no se apoyan en lo que saben, tienen, son o pueden, sino en quién es Dios. Él es el Padre y yo soy el hijo.
¿Sabés por qué Dios te envió a este blog?
- No es para acompañar al niño que va a ser consagrado. Incluso, quiero explicarte por qué no bautizamos a los niños. Jesús no fue bautizado, sino presentado a los 8 años, y recién cuando fue adulto Se bautizó, por eso nosotros presentamos a los niños.
- El bautismo en las aguas es para remisión de pecados, para sepultar la vieja vida, pero los niños no tienen vieja vida ni pecados para ser sepultados, porque son niños.
- En la religión tradicional, los niños son bautizados por imposición de una fe religiosa, cultural, tradicional, no bíblica.
- La decisión de bautizarse en las aguas solo la puede tomar un adulto.
Dios le ha enviado a Su casa o a este blog para recibir de usted una alabanza, una adoración pura, sin malicia, sin segundas intenciones.
- En las iglesias, muchos “buscan a Dios” por las bendiciones (“venga Tu Reino”), pero aún no quieren obedecer la parte de “hágase Tu Voluntad”; cuando salen, siguen haciendo sus propias voluntades y teniendo sus propias prioridades.
- Dios quiere prepararnos, pero esa preparación lleva su tiempo, tiene su principio, medio y fin. Algunos solo quieren el fin, el resultado, la transformación, el Espíritu Santo, la alegría, la nueva vida, pero no te dejes llevar por este tipo de personas, no seas emotivo, acordate de que hay una preparación, un principio, un medio y un fin, y es necesario que pases por todo el proceso. Esa es la fe inteligente.
Mirá lo que está escrito en el Evangelio de Mateo, capítulo 18, del versículo 1 al 5:
“En aquel momento se acercaron los discípulos a Jesús, diciendo: ¿Quién es, entonces, el mayor en el Reino de los Cielos? Y Él, llamando a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos”. Mateo 18:1-5
- Jesús llamó a un niño, que es símbolo de indefensión; que necesita que lo instruyan; que no es autosuficiente, sino dependiente; que necesita que alguien lo cuide y lo proteja, lo alimente, lo vista, lo vigile, le enseñe cómo hablar, le diga dónde está el peligro, qué es una broma y qué es algo serio. ¿Quiénes hacen esto? Los padres; y Jesús hace lo mismo con nosotros, que somos como niños en el mundo.
- Jesús dijo que los que no se hacen como niños son como huérfanos. ¿Pero Dios no es Padre de todos? Ese es el sueño de Dios, pero Él no obliga al ser humano a convertirse y a hacerse como niño, la decisión es de cada uno.
Convertirse es cambiar de dirección, es estar caminando hacia la izquierda (ser mentiroso, rencoroso, vanidoso, vengativo, inconstante, hiperemotivo, entre otras cosas) y empezar a hacer y ser todo lo contrario (definido, sincero, humilde, constante, generoso, entre otras cosas); es empezar a pensar en lo que te aleja de Dios y hacer lo contrario, hacer lo que es bueno, lo que te acerca a Él. El que tiene que hacer este cambio no es Dios, sino uno mismo.
- Pero, además de convertirte, tenés que hacerte como niño.
- Nicodemo, que era una autoridad reconocida en su época, pero no tenía certeza de la Salvación, fue a buscar a Jesús a la noche por vergüenza, porque era alguien importante en la sinagoga y no quería que nadie lo viera. Él Le preguntó qué debía hacer para heredar el Reino de los Cielos. Cuando Jesús le dijo que tenía que nacer de nuevo, él no entendió: “¿Cómo yo, un hombre viejo, voy a nacer de nuevo?”. Jesús le respondió que tenía que nacer del agua y del Espíritu, es decir, bautizarse, sepultar la vieja vida, la religiosidad, la vanidad, las manías, para luego ser bautizado con el Espíritu Santo.
- ¿Para qué es el bautisterio? Para sepultar a los que quieren convertirse y nacer de nuevo. No importa su edad, mientras sean adulto, asuman sus errores y responsabilidades, y honren su palabra como Dios honra la de Él. Dios espera que nos convirtamos y nos hagamos Sus hijos.
El bautismo con el Espíritu Santo es cuando usted recibe al Espíritu de Dios en su interior, quien le da Paz, Alegría, Amor, definición, dominio propio y mansedumbre.
- Entonces, convertirse es cambiar de dirección, y hacerse es despojarse de la vieja vida, del viejo hombre, para ser hecho un nuevo hombre.
“Así pues, cualquiera que se humille como este niño…”. Mateo 18:4
- ¿Cuál fue la humillación del niño? ¿Qué hizo Jesús? Jesús lo llamó, él fue y se quedó.
- Ese niño somos nosotros, a quienes Jesús nos dice: “Solo obedece y verás”. Sé ese niño, renunciá a tu manera de pensar, de hablar, de ser, y humillate.
- No importa quién fuiste o cuántos pecados cometiste, Dios sepulta tu pasado, para que salgas de las aguas del bautisterio como un niño y puedas vivir en novedad de vida.
“… ese es el mayor en el Reino de los Cielos”. Mateo 18:4
- En el Reino de los Cielos, el mayor no es el más hábil, ni el más rico, ni el que tiene una fe muy grande, sino aquel que se hace como un niño, que tiene simplicidad, humildad, verdad y pureza.
“Y el que reciba a un niño como este en Mi nombre, a Mí Me recibe”. Mateo 18:5
- Jesús fue humilde y simple como un niño; no fue malicioso, rencoroso, ni negativo, sino Puro y Verdadero hasta en el día en que fue entregado, cuando llamó a Judas amigo y le permitió que Lo besara.
- Todos necesitamos ser como un niño y humillarnos delante de Dios.
Obispo Júlio Freitas