Quinto miércoles en la semana de lo sobrenatural en el Templo de los Milagros
Si realmente somos Hijos de Dios, debemos honrarLo.
Nuestra conciencia naturalmente nos debe indicar que Le debemos respeto y honor a Él si es que realmente nacimos de nuevo.
Una vez que somos Hijos Suyos, nuestro deber es respetar, considerar y honrar Su nombre es el papel del Hijo de Dios.
Tenemos la responsabilidad de cuidar y honrar Su Nombre.
Pero yo he tenido compasión de mi santo nombre, que la casa de Israel había profanado entre las naciones adonde fueron. Por tanto, di a la casa de Israel: «Así dice el Señor Dios: “No es por vosotros, casa de Israel, que voy a actuar, sino por mi santo nombre, que habéis profanado entre las naciones adonde fuisteis. Vindicaré la santidad de mi gran nombre profanado entre las naciones, el cual vosotros habéis profanado en medio de ellas. Entonces las naciones sabrán que yo soy el Señor” —declara el Señor Dios— “cuando demuestre mi santidad entre vosotros a la vista de ellas. Ezequiel 36:21-23
Profanar Su Nombre nos impide de ser bendecidos y protegidos por Dios.
Así como Dios vela para que Su Nombre sea respetado, nosotros como Sus Hijos debemos velar por hacer esto también.
Dios usa a Sus Hijos para revelarSe al resto. Por eso debemos procurar andar en Santidad y mostrarLo en nuestro carácter.
Hay tres niveles espirituales y todos estamos ubicados en uno: los niños, los adultos y los ancianos.
Cuando una persona es un niño en la fe, no cuida lo que más importa: su alma.
Quien es niño en la fe solo quiere resolver sus problemas personas. Así, se vuelve problemático como y deja de considerar la Voluntad de Dios.
Un corazón conforme al corazón de Dios es un corazón lleno del Espíritu Santo.