«Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el Reino de los Cielos». Mateo 5:3
«En aquella misma hora Él Se regocijó mucho en el Espíritu Santo, y dijo: Te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la Tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios y a inteligentes, y las REVELASTE a niños. Sí, Padre, porque así fue de Tu agrado». Lucas 10:21
«Habiéndole preguntado los fariseos cuándo vendría el Reino de Dios, Jesús les respondió, y dijo: El Reino de Dios no viene con señales visibles, ni dirán: “¡Mirad, aquí está!” o: “¡Allí está!” Porque he aquí, el Reino de Dios entre vosotros está». Lucas 17:20-21