A través de un mensaje desde el Jardín del Templo de Salomón, el Obispo Julio habló sobre las injusticias en la vida amorosa y familiar.
Él dijo que no es bueno que el hombre esté solo, que esto es una injusticia que muchos han aceptado porque se conformaron con estar solos, ser traicionados o arrastrar una maldición familiar de sus antepasados.
También añadió que la Justicia de Dios es que la persona tenga a su otra mitad para que la auxilie, la ame, la respete y la cuide; para que juntas formen su familia en un ambiente en el que predomine la paz, la alegría, el amor, la complicidad y la seguridad.
Durante la Jornada se transmitió el caso verídico de Claudia, una mujer que sentía rechazo hacia los hombres a causa de un intento de abuso en su infancia. Este hecho la traumó de tal manera que sufrió depresión.
Cuando se casó, pensó que todo cambiaría, que sería feliz. Sin embargo, padeció una relación turbulenta en la que había infidelidades y agresiones. Sus hijas sufrían al ser testigos de esta situación y Claudia decidió separarse.
En una oportunidad, la invitaron a la Universal y aceptó participar. Su vida comenzó a cambiar el día que entendió que debía poner a Dios en primer lugar. Se bautizó y buscó al Espíritu Santo; ¡y su carácter cambió a partir del momento que Lo recibió!
A pesar de esto, su matrimonio seguía en ruinas, por lo que decidió usar su fe al participar de una Hoguera Santa. “Quería que la Gloria de Dios se viera en mi vida y que Él hiciera Justicia”, expresó. Su sacrificio llamó la atención de Dios y hoy está felizmente casada.
El Obispo concluyó la Jornada diciendo que todos podemos buscar la ayuda en el Tribunal del Padre Justo si, además de presentar las injusticias, Le ofrecemos nuestro Testigo, es decir, un Voto de Sacrificio.