Lea con la debida atención el capítulo 28 de Deuteronomio.
«No os dejéis engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará.
Porque el que siembra para su propia carne, de la carne segará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará Vida Eterna». Gálatas 6:7-8