¿Te encontrás en una de estas situaciones?
- “Recursos Humanos me notificó sobre mi despido inesperado”.
- “Falleció un ser querido por quien estaba luchando”.
- “Perdí grandes contratos”.
- “Mi Pastor no me indicó para el CPO”.
- “Mi esposa/marido me pidió el divorcio”.
- “Me diagnosticaron una enfermedad incurable”.
- “Mis padres no aceptan que busque a Dios ni que Lo sirva en tiempo completo en Su Altar”.
- “Aún no fui bautizado con el Espíritu Santo”.
- “Se pusieron en mi contra en el colegio, en la facultad, en mi trabajo”.
Estas y otras situaciones son la realidad de muchas personas que están en la Iglesia.
Si no entendemos por qué nos pasan determinadas cosas es porque Dios no quiere que entendamos.
Sin embargo, cuando nuestra vida está en el Altar, todo coopera para nuestro bien, e incluso lo que parece negativo se convierte en positivo.
Además, existen 3 razones por las cuales Dios no permite que entendamos todo. ¿Querés saber cuáles son?
- La primera razón por la cual Dios no nos permite entender el porqué de determinadas cosas es para guardarnos de la lógica. Cuando alguien se basa en la lógica, se pregunta: “¿Por qué no pasó así?”; “¿Por qué no pasó asá?”; “Debería suceder esto o lo otro, pero no fue así”; “No tiene lógica lo que me está pasando”; “No es justo lo que estoy viviendo”. La persona se llena de preguntas y se frustra, dejando de lado la Fe en la Inmutable Palabra de Dios, que contraría toda ciencia, todo lo que es lógico.
- La segunda razón es para fortalecer nuestra confianza en Él de manera incondicional, porque, cuando entendemos, todo nuestro nivel de confianza no se desarrolla. ¿Imaginate tener el control de todo lo que nos pasa, que todo salga cuándo queremos y de la manera que queremos? ¿Qué sentido tendría confiar en Dios, en Su Palabra? Creeríamos que todo lo que nos pasa no necesitaría la intervención Divina.
- La tercera razón es para que maduremos, enfocándonos y practicando los valores que Él ya nos hizo entender. De esta manera, no hay ociosidad ni ansiedad, porque sabemos que el propósito de Dios es trabajar en nosotros, que dejemos de ser infantiles en la Fe y maduremos. Cuantas más experiencias tengamos con Él —a través de luchas, desiertos y momentos en los que estamos solos y dependemos únicamente de Su ayuda— más maduramos. Y no solo eso: nos convertimos en testigos vivos de Su poder ante quienes nos rodean.
“Las cosas secretas pertenecen al SEÑOR nuestro Dios, mas las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre, a fin de que guardemos todas las Palabras de esta Ley”. Deuteronomio 29:29
“Y Él les Dijo: No os corresponde a vosotros saber los tiempos ni las épocas que el Padre ha fijado con su propia autoridad; pero recibiréis Poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y Me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la Tierra”. Hechos 1:7-8
“Toda Escritura es Inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra”. 2 Timoteo 3:16-17
Bien, ahora que ya sabés por qué no entendemos ni entenderemos todo lo que nos pasa, hacé una autoevaluación de todo lo que te viene ocurriendo y pensá en lo que Dios te quiere mostrar a través de eso.
⌛️Nos vemos en la IURD o en las Nubes❗️
Ob. Julio Freitas