El amor genuino no es solo emoción, sino acción, sacrificio, compromiso y presencia.
La base Bíblica que refleja esta verdad es:
“Yo Soy el Buen Pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas”, Juan 10:11.
- El Señor Jesús no solo Dijo que nos amaba, Él lo demostró con cuidado, sacrificio y entrega total.
- El verdadero amor siempre se refleja por medio de la protección, la atención, el cuidado y la fidelidad hacia alguien.
Aplicación práctica:
- En la familia: amar es cuidar con paciencia, escuchar con atención y corregir con ternura.
• En la fe: amar a Dios es cuidar nuestra relación con Él, obedecer Su Palabra y honrar Su Presencia. - En el trabajo: amar al prójimo, cuidar su dignidad, su necesidad y su alma a través de los buenos ejemplos.
Reflexioná en esto
- El amor que no cuida no es amor.
- El amor que cuida transforma.
- Seamos un espejo para ayudar a quien amamos a ver y a tener la conciencia de su verdadero valor espiritual, familiar, moral y civil.
¡Nos vemos en la IURD o en las Nubes!
Obispo Julio Freitas