En el artículo anterior aprendimos a no dejarnos engañar por el espíritu de la religiosidad; hoy, aprenderemos a vencerlo.
2 Religiosos vs. 1 Fervoroso
“Respondiendo Jesús, Dijo: Cierto hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, los cuales después de despojarlo y de darle golpes, se fueron, dejándolo medio muerto. Por casualidad cierto sacerdote bajaba por aquel camino, y cuando lo vio, pasó por el otro lado del camino. Del mismo modo, también un levita […] Pero cierto samaritano, que iba de viaje, llegó adonde él estaba; y cuando lo vio, tuvo compasión, y acercándose, le vendó sus heridas, derramando aceite y vino sobre ellas; y poniéndolo sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un mesón y lo cuidó. Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al mesonero, y dijo: Cuídalo, y todo lo demás que gastes, cuando yo regrese te lo pagaré. ¿Cuál de estos tres piensas tú que demostró ser prójimo del que cayó en manos de los salteadores? Y él dijo: El que tuvo misericordia de él. Y Jesús le dijo: Ve y haz tú lo mismo”. Lucas 10:30-36
Reflexión central
La persona religiosa, así como en el pasado, suele valorar más los ritos que la Salvación personal y la del prójimo. El sacerdote y el levita tenían fe y conocimiento Sagrado, pero sin obras de compasión, fe y obediencia sacrificial. En cambio, el samaritano, aunque no era “religioso”, mostró una fe activa, sacrificial, generosa y obediente, honrando al Padre Celestial al amar al prójimo con sus acciones.
Aplicación personal
- Reconocé si tu vida ha girado alrededor de tradiciones, ritos o responsabilidades, y no de la urgencia de tu Salvación y de la Salvación de las otras almas.
- Examiná tu corazón: ¿despreciás las oportunidades de compartir el Poder de Dios, el Evangelio y los testimonios por temor al “qué dirán”?
- Medí tu fe según el nivel de compasión activa que les mostrás a quienes están “tirados al borde del camino espiritual”.
- Guardá tu carácter delante de la peligrosa religiosidad, confesá cualquier actitud de indiferencia y pedile al Espíritu Santo un corazón Evangelista, Misionero.
Dinámicas y preguntas para el Grupo del cual formás parte en la Universal
Lectura en parejas de Lucas 10:30-37. Intercambiar respuestas breves sobre las siguientes preguntas:
1) ¿Qué motivó a los religiosos a ignorar al herido?
2) ¿Qué rasgos del fervoroso (samaritano) reflejan a un verdadero Cristiano?
– Preguntas de reflexión personal:
1) ¿En qué áreas soy “sacerdote” o “levita” al priorizar rituales sobre obras de fe, compasión y amor?
2) ¿A quién he ignorado por buscar reconocimiento religioso en lugar de suplir su necesidad espiritual?
– Acción práctica en grupo:
- Identificar una necesidad real en la comunidad (un vecino, un compañero de trabajo, un empleado, un familiar) y diseñar un pequeño acto de cortesía o testimonio compartido esta semana.
Exhortación final
– El espíritu de la religiosidad produce la falsa sensación de bienestar, de «misión cumplida», pero en realidad genera indiferencia y justificación.
– El Padre Celestial busca verdaderos Cristianos, fervorosos, que vivan según la fe sacrificial, que obedezcan Su Palabra al punto de dejar su comodidad para rescatar al caído. Que esta semana y siempre nos inspire a ser un Buen Samaritano para ayudar a quienes el sistema religioso dejó semimuertos al borde del camino.
¡Nos vemos en la IURD o en las Nubes!
Obispo Julio Freitas
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