Una noche bendecida en la Sede Nacional, durante un culto racional.
por medio de las cuales nos ha concedido sus preciosas y maravillosas promesas, a fin de que por ellas lleguéis a ser partícipes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo por causa de la concupiscencia. 2 Pedro 1:4
La Naturaleza Divina es el Espíritu Santo, quien nos hace feliz y nos completa.
Ser hijo de Dios es tener Su naturaleza.
La concupiscencia son esos deseos carnales ante los que cedemos o caemos, por ejemplo, ante lo que vemos o sentimos.
Siempre debemos escapar del peligro de este pecado.
El cual solo es perdonado por la sangre de Jesús, por medio del verdadero arrepentimiento, no del remordimiento.