«Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede Entrar en el Reino de Dios.
Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es». Juan 3:5-6
«El fariseo puesto en pie, oraba para sí de esta manera: “Dios, Te doy gracias porque no soy como los demás hombres: estafadores, injustos, adúlteros; ni aun como este recaudador de impuestos.
Yo ayuno dos veces por semana; doy el diezmo de todo lo que gano”.
Pero el recaudador de impuestos, de pie y a cierta distancia, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: “Dios, ten piedad de mí, pecador”.
Os digo que este descendió a su casa justificado pero aquel no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado». Lucas 18:11-14