Vivimos en una sociedad en la que las personas tienen poca paciencia, la ira los domina.
La misma ira, de vez en cuando, convierte a personas comunes en auténticas fieras.
De un momento a otro, todo puede cambiar. Un pequeño estimulo negativo o una provocación, puede devenir en una tragedia.
Estas últimas semanas vimos claros casos de la sociedad en la que vivimos. Ambas, a pesar de estar separados entre sí, miles de kilómetros, nos muestran la crueldad del hombre, cuando se deja llevar por sus impulsos.
Una de las situaciones se dio en Rusia, un hombre de 67 años mató a su médico de dos puñaladas en el corazón, luego de que el médico le dijera que no tenía cáncer.
La razón fue que el agresor, obsesionado con la idea de tener un tumor en la garganta, no aceptó el diagnóstico y después de matarlo, se suicidó. En nuestro país la violencia también es parte del día a día. En Berazategui, un hombre de 59 años asesinó de varias puñaladas al condutor de una grúa de 29 años e hirió a otros dos. Esto sucedió porque el conductor se había equivocado de dirección. Todo indicaría que tuvieron una discusión por la tarifa del servicio que terminó trágicamente.
Qué es lo que lleva a una persona a reaccionar de tal manera que se arrepentirá por el resto de su vida. Qué es lo que hace que alguien actúe dejando que su furia lo domine.
Finalmente, una vez que se deja llevar por la ira, deja de ser una persona racional para convertirse en alguien dominado por sus emociones.
Impulsos peligrosos
El obispo Macedo enseña que quienes se dejan llevar por sus emociones, terminan lamentando las peores tragedias. Permitir que las emociones dominen la razón, solo traen angustia y dolor a las personas que nos rodean y a nosotros mismos:
“Es necesario que la persona que está presa de sus emociones busque liberarse de ese mal entregándose a Dios. Pero eso solo puede suceder a través de la Palabra de Dios:
‘Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres’, (Juan 8:32). Solo Su Palabra es capaz de remover los pensamientos inútiles, liberar de las emociones y hacer del ser humano una persona espiritual.
Cuando los discípulos estaban con Jesús en la barca, cayó una tempestad y, de repente, se alborotaron y tuvieron temor, pero Jesús estaba durmiendo (Mateo 8:23-27).
En aquel momento, los discípulos no razonaron. Ellos no debían sentir miedo pues el Creador estaba junto a ellos. ‘Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?’. El corazón es el peor enemigo del hombre y aunque el mundo sostiene que debemos escucharlo, sepa que eso lo llevará al abismo”.
Si está viviendo un infierno, sepa que su situación puede cambiar.
El Espíritu Santo es el sustituto de Jesús y quiere ayudarlo a superar sus problemas, participe este viernes a las 8, 10, 12, 16 y 20 en el Templo de la Fe y en la
Universal más cercana a su domicilio.
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