Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
2° Samuel 3
1 Hubo larga guerra entre la casa de Saúl y la casa de David; pero David se iba fortaleciendo, mientras que la casa de Saúl se iba debilitando.
2 A David le nacieron hijos en Hebrón; su primogénito fue Amnón, hijo de Ahinoam la jezreelita;
3 el segundo, Quileab, de Abigail, viuda de Nabal de Carmel; el tercero, Absalón, hijo de Maaca, hija de Talmai, rey de Gesur;
4 el cuarto, Adonías, hijo de Haguit; el quinto, Sefatías, hijo de Abital,
5 y el sexto, Itream, de Egla, mujer de David. Estos le nacieron a David en Hebrón.
6 Sucedió que durante la guerra que había entre la casa de Saúl y la casa de David, Abner se fortaleció en la casa de Saúl.
7 Y Saúl había tenido una concubina cuyo nombre era Rizpa, hija de Aja; y dijo Is-boset a Abner: ¿Por qué te has llegado a la concubina de mi padre?
8 Entonces Abner se enojó mucho por las palabras de Is-boset, y dijo: ¿Acaso soy yo cabeza de perro que pertenece a Judá? Hoy he mostrado bondad hacia la casa de tu padre Saúl, hacia sus hermanos y hacia sus amigos, y no te he entregado en manos de David; sin embargo, tú me acusas hoy de una ofensa con esta mujer.
9 Así haga Dios a Abner, y aún más, si lo que el Señor ha jurado a David no lo obtengo para él:
10 transferir el reino de la casa de Saúl y establecer el trono de David sobre Israel y sobre Judá desde Dan hasta Beerseba.
11 Y él ya no pudo responder a Abner ni una palabra, porque le temía.
12 Entonces Abner envió mensajeros a David de su parte, diciendo: ¿De quién es la tierra? Y que dijeran también: Haz tu pacto conmigo, y he aquí, mi mano será contigo para traer a ti a todo Israel.
13 Y él respondió: Muy bien. Haré pacto contigo, pero una cosa demando de ti: No verás mi rostro a menos de que cuando vengas a verme[f] traigas a Mical, la hija de Saúl.
14 Y David envió mensajeros a Is-boset, el hijo de Saúl, diciendo: Dame a mi mujer Mical, con la cual me desposé por cien prepucios de los filisteos.
15 Is-boset, pues, envió a quitársela a su marido, a Paltiel[g], hijo de Lais. 16 Pero su marido fue con ella, llorando mientras iba, y la siguió hasta Bahurim. Entonces Abner le dijo: Ve, vuélvete. Y él se volvió.
17 Abner consultó con los ancianos de Israel, diciendo: Hace tiempo que buscabais a David para que fuera rey sobre vosotros.
18 Ahora pues, hacedlo. Porque el Señor ha hablado acerca de David, diciendo: “Por mano de mi siervo David salvaré a mi pueblo Israel de mano de los filisteos y de mano de todos sus enemigos.”
19 Habló también Abner a oídos de los de Benjamín; Abner además fue a hablar a oídos de David en Hebrón de todo lo que parecía bien a Israel y a toda la casa de Benjamín.
20 Llegó Abner adonde estaba David, en Hebrón, y con él veinte hombres. Y David preparó un banquete para Abner y los hombres que lo acompañaban.
21 Y Abner dijo a David: Me levantaré e iré a reunir a todo Israel junto a mi señor el rey para que hagan un pacto contigo, y seas rey sobre todo lo que tu corazón desea. Entonces David despidió a Abner, y él se fue en paz.
22 He aquí, los siervos de David y Joab vinieron de hacer una incursión trayendo consigo mucho botín; pero Abner no estaba con David en Hebrón, porque él lo había despedido y se había ido en paz.
23 Cuando llegó Joab y todo el ejército que estaba con él, le dieron aviso a Joab, diciendo: Abner, hijo de Ner, vino al rey, y él lo ha despedido y se ha ido en paz.
24 Entonces vino Joab al rey y dijo: ¿Qué has hecho? He aquí, Abner vino a ti; ¿por qué, pues, lo has despedido y él ya se ha ido?
25 Conoces a Abner, hijo de Ner, que vino a engañarte y saber de tus salidas y de tus entradas, y a enterarse de todo lo que haces.
26 Y saliendo Joab de donde estaba David, envió mensajeros tras Abner, y lo hicieron volver desde el pozo de Sira; pero David no lo sabía.
27 Cuando Abner regresó a Hebrón, Joab lo llevó aparte en medio de la puerta para hablarle en privado, y allí, por causa de la sangre de Asael su hermano, lo hirió en el vientre y murió.
28 Cuando David lo supo después, dijo: Yo y mi reino somos inocentes para siempre delante del Señor de la sangre de Abner, hijo de Ner.
29 Caiga su sangre sobre la cabeza de Joab y sobre toda la casa de su padre, y nunca falte en la casa de Joab quien padezca flujo, ni quien sea leproso, ni quien se sostenga con báculo, ni quien muera a espada, ni quien carezca de pan.
30 Así pues, Joab y su hermano Abisai mataron a Abner porque él había dado muerte a Asael, hermano de ellos, en la batalla de Gabaón.
31 Entonces David dijo a Joab y a todo el pueblo que estaba con él: Rasgad vuestros vestidos, y ceñíos de cilicio, y haced duelo delante de Abner. Y el rey David iba detrás del féretro.
32 Sepultaron, pues, a Abner en Hebrón; y el rey alzó su voz y lloró junto al sepulcro de Abner, y lloró también todo el pueblo.
33 Y entonó el rey una elegía por Abner, y dijo:
34 Tus manos no estaban atadas, ni tus pies puestos en grillos; como el que cae delante de los malvados, has caído. Y todo el pueblo volvió a llorar por él.
35 Entonces todo el pueblo se llegó a David para persuadirlo a que comiera pan mientras aún era de día; pero David juró, diciendo: Así me haga Dios y aun más, si pruebo pan o cosa alguna antes de ponerse el sol.
36 Y todo el pueblo reparó en ello, y les agradó, pues todo lo que el rey hacía agradaba a todo el pueblo.
37 Así todo el pueblo y todo Israel comprendió aquel día que no había sido el deseo del rey de que se diera muerte a Abner, hijo de Ner.
38 Entonces el rey dijo a sus siervos: ¿No sabéis que un príncipe y un gran hombre ha caído hoy en Israel?
39 Hoy soy débil, aunque ungido rey; y estos hombres, hijos de Sarvia, son más duros que yo. Que el Señor pague al malhechor conforme a su maldad.
1° Corintios 14
1 Procurad alcanzar el amor; pero también desead ardientemente los dones espirituales, sobre todo que profeticéis.
2 Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios, pues nadie lo entiende, sino que en su espíritu habla misterios.
3 Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.
4 El que habla en lenguas, a sí mismo se edifica, pero el que profetiza edifica a la iglesia.
5 Yo quisiera que todos hablarais en lenguas, pero aún más, que profetizarais; pues el que profetiza es superior al que habla en lenguas, a menos de que las interprete para que la iglesia reciba edificación.
6 Ahora bien, hermanos, si yo voy a vosotros hablando en lenguas, ¿de qué provecho os seré a menos de que os hable por medio de revelación, o de conocimiento, o de profecía, o de enseñanza?
7 Aun las cosas inanimadas, como la flauta o el arpa, al producir un sonido, si no dan con distinción los sonidos, ¿cómo se sabrá lo que se toca en la flauta o en el arpa?
8 Porque si la trompeta da un sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla?
9 Así también vosotros, a menos de que con la boca pronunciéis palabras inteligibles, ¿cómo se sabrá lo que decís? Pues hablaréis al aire.
10 Hay, quizás, muchas variedades de idiomas en el mundo, y ninguno carece de significado.
11 Pues si yo no sé el significado de las palabras, seré para el que habla un extranjero, y el que habla será un extranjero para mí.
12 Así también vosotros, puesto que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para la edificación de la iglesia.
13 Por tanto, el que habla en lenguas, pida en oración para que pueda interpretar.
14 Porque si yo oro en lenguas, mi espíritu ora, pero mi entendimiento[m] queda sin fruto.
15 Entonces ¿qué? Oraré con el espíritu, pero también oraré con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero también cantaré con el entendimiento.
16 De otra manera, si bendices sólo en el espíritu, ¿cómo dirá el Amén a tu acción de gracias el que ocupa el lugar del que no tiene ese don, puesto que no sabe lo que dices?
17 Porque tú das gracias bien, pero el otro no es edificado.
18 Doy gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos vosotros;
19 sin embargo, en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para instruir también a otros, antes que diez mil palabras en lenguas.
20 Hermanos, no seáis niños en la manera de pensar; más bien, sed niños en la malicia, pero en la manera de pensar sed maduros.
21 En la ley está escrito: Por hombres de lenguas extrañas y por boca de extraños hablare a este pueblo, y ni aun asi me escucharan, dice el Señor.
22 Así que las lenguas son una señal, no para los que creen, sino para los incrédulos; pero la profecía es una señal, no para los incrédulos, sino para los creyentes.
23 Por tanto, si toda la iglesia se reúne y todos hablan en lenguas, y entran algunos sin ese don o son incrédulos, ¿no dirán que estáis locos?
24 Pero si todos profetizan, y entra un incrédulo, o uno sin ese don, por todos será convencido, por todos será juzgado;
25 los secretos de su corazón quedarán al descubierto, y él se postrará y adorará a Dios, declarando que en verdad Dios está entre vosotros.
26 ¿Qué hay que hacer, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada cual aporte salmo, enseñanza, revelación, lenguas o interpretación. Que todo se haga para edificación.
27 Si alguno habla en lenguas, que hablen dos, o a lo más tres, y por turno, y que uno interprete;
28 pero si no hay intérprete, que guarde silencio en la iglesia y que hable para sí y para Dios.
29 Y que dos o tres profetas hablen, y los demás juzguen.
30 Pero si a otro que está sentado le es revelado algo, el primero calle.
31 Porque todos podéis profetizar uno por uno, para que todos aprendan y todos sean exhortados.
32 Los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas;
33 porque Dios no es Dios de confusión, sino de paz, como en todas las iglesias de los santos.
34 Las mujeres guarden silencio en las iglesias, porque no les es permitido hablar, antes bien, que se sujeten como dice también la ley.
35 Y si quieren aprender algo, que pregunten a sus propios maridos en casa; porque no es correcto que la mujer hable en la iglesia.
36 ¿Acaso la palabra de Dios salió de vosotros, o sólo a vosotros ha llegado?
37 Si alguno piensa que es profeta o espiritual, reconozca que lo que os escribo es mandamiento del Señor.
38 Pero si alguno no reconoce esto, él no es reconocido.
39 Por tanto, hermanos míos, anhelad el profetizar, y no prohibáis hablar en lenguas.
40 Pero que todo se haga decentemente y con orden.
Ezequiel 12
1 Y vino a mí la palabra del Señor, diciendo:
2 Hijo de hombre, habitas en medio de la casa rebelde; tienen ojos para ver y no ven, oídos para oír y no oyen, porque son una casa rebelde.
3 Y tú, hijo de hombre, prepárate el equipaje del destierro y sal al destierro de día, ante sus ojos; sal al destierro desde tu lugar a otro lugar, ante sus ojos. Quizá entiendan, aunque son una casa rebelde.
4 Saca tu equipaje como equipaje del destierro, de día, ante sus ojos. Entonces sal tú por la tarde, ante sus ojos, como los que salen al destierro.
5 Ante sus ojos haz un hueco en el muro y sal por él.
6 Ante sus ojos carga el equipaje sobre los hombros y sácalo en la oscuridad. Cúbrete el rostro para no ver la tierra, porque por señal te he puesto a la casa de Israel.
7 Yo hice tal como se me había mandado. Saqué mi equipaje de día como el equipaje de un desterrado; y al atardecer cavé con mis manos a través del muro; salí en la oscuridad y cargué el equipaje sobre los hombros, ante sus ojos.
8 Y vino a mí la palabra del Señor por la mañana, diciendo:
9 Hijo de hombre, ¿no te ha dicho la casa de Israel, esa casa rebelde: “¿Qué estás haciendo?”
10 Diles: “Así dice el Señor Dios: ‘Este oráculo se refiere al príncipe en Jerusalén y a toda la casa de Israel que está en medio de ella.’”
11 Di: “Yo soy vuestra señal; como he hecho, así se hará con ellos; irán al destierro, a la cautividad.”
12 Y el príncipe que está en medio de ellos, cargará su equipaje sobre los hombros en la oscuridad, y saldrá. Cavará un hueco en el muro para sacarlo. Cubrirá su rostro para no ver la tierra con sus ojos.
13 Extenderé mi red sobre él y quedará preso en mi trampa. Lo llevaré a Babilonia, a la tierra de los caldeos; pero no la verá, y morirá allí.
14 Y a todos los que los rodean, sus servidores y todas sus tropas, esparciré a todos los vientos y sacaré la espada tras ellos.
15 Y sabrán que yo soy el Señor cuando los disperse entre las naciones y los esparza por las tierras.
16 Pero preservaré a algunos de ellos de la espada, del hambre y de la pestilencia, para que cuenten todas sus abominaciones entre las naciones adonde vayan, y sepan que yo soy el Señor.
17 Y vino a mí la palabra del Señor, diciendo:
18 Hijo de hombre, come tu pan con temblor y bebe tu agua con estremecimiento y angustia.
19 Y di a la gente de la tierra: “Así dice el Señor Dios acerca de los habitantes de Jerusalén sobre el suelo de Israel: ‘Comerán su pan con angustia y beberán su agua con terror, porque su tierra será despojada de su abundancia a causa de la violencia de todos los que habitan en ella.
20 ‘Las ciudades habitadas serán devastadas y la tierra vendrá a ser una desolación; y sabréis que yo soy el Señor.’”
21 Y vino a mí la palabra del Señor, diciendo:
22 Hijo de hombre, ¿qué proverbio es ése que vosotros tenéis acerca de la tierra de Israel, que dice: “Se alargan los días y desaparece toda visión”?
23 Por tanto, diles: “Así dice el Señor Dios: ‘Haré cesar este proverbio para que ya no lo usen como proverbio en Israel.’ Diles, pues: ‘Se acercan los días y el cumplimiento de toda visión.
24 ‘Porque ya no habrá ninguna visión falsa ni adivinación lisonjera en medio de la casa de Israel.
25 ‘Porque yo, el Señor, hablaré, y toda palabra que diga se cumplirá. No se demorará más, sino que en vuestros días, oh casa rebelde, hablaré la palabra y la cumpliré —declara el Señor Dios.’”
26 Y vino a mí la palabra del Señor, diciendo:
27 Hijo de hombre, he aquí, la casa de Israel dice: “La visión que él ve es para dentro de muchos días, y para tiempos lejanos él profetiza.”
28 Por tanto, diles: “Así dice el Señor Dios: ‘Ninguna de mis palabras se demorará más. Toda palabra que diga se cumplirá’” —declara el Señor Dios.
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