“Lava tu corazón de maldad, oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo permitirás en medio de ti los pensamientos de iniquidad?”, (Jeremías 4:14)
Si usted desea alcanzar el cielo es necesario cambiar los malos pensamiento que el mundo vienen introduciendo en su corazón.
Dios habla por la boca del profeta que no se debe dar espacio para que la injusticia permanezca en su vida. Esta le impedirá obtener la salvación de su alma por toda la eternidad.
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