Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
1° Reyes 10
1 Cuando la reina de Sabá oyó de la fama de Salomón, por causa del nombre del Señor, vino a probarle con preguntas difíciles.
2 Y vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, y gran cantidad de oro y piedras preciosas. Cuando vino a Salomón, habló con él de todo lo que tenía en su corazón.
3 Y Salomón contestó todas sus preguntas; no hubo nada tan oscuro que el rey no pudiera explicárselo.
4 Cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón, la casa que él había edificado,
5 los manjares de su mesa, las habitaciones de sus siervos, el porte de sus ministros y sus vestiduras, sus coperos, y la escalinata por la cual él subía a la casa del Señor, se quedó asombrada.
6 Entonces dijo al rey: Era verdad lo que había oído en mi tierra acerca de tus palabras y de tu sabiduría.
7 Pero yo no creía lo que me decían, hasta que he venido y mis ojos lo han visto. Y he aquí, no se me había contado ni la mitad. Tú superas en sabiduría y prosperidad la fama que había oído.
8 Bienaventurados tus hombres, bienaventurados estos tus siervos que están delante de ti continuamente y oyen tu sabiduría.
9 Bendito sea el Señor tu Dios que se agradó de ti para ponerte sobre el trono de Israel; por el amor que el Señor ha tenido siempre a Israel, te ha puesto por rey para hacer derecho y justicia.
10 Entonces ella dio al rey ciento veinte talentos de oro, y gran cantidad de especias aromáticas y piedras preciosas. Nunca más entró tanta abundancia de especias aromáticas como las que la reina de Sabá dio al rey Salomón.
11 También las naves de Hiram, que habían traído oro de Ofir, trajeron de allí gran cantidad de madera de sándalo y piedras preciosas.
12 Con la madera de sándalo el rey hizo balaustres para la casa del Señor y para el palacio del rey; también liras y arpas para los cantores; esa clase de madera de sándalo no ha entrado más ni se ha vuelto a ver hasta hoy.
13 El rey Salomón dio a la reina de Sabá todo cuanto ella quiso pedirle, además de lo que le dio conforme a su real magnificencia. Después ella se volvió, y regresó a su tierra con sus siervos.
14 El peso del oro que llegaba a Salomón en un año era de seiscientos sesenta y seis talentos de oro,
15 sin contar lo de los mercaderes, las mercancías de los comerciantes, de todos los reyes de Arabia y de los gobernadores de la tierra.
16 Y el rey Salomón hizo doscientos escudos grandes de oro batido, usando seiscientos siclos de oro en cada escudo.
17 También hizo trescientos escudos de oro batido, usando tres minas de oro en cada escudo; y el rey los puso en la casa del bosque del Líbano.
18 El rey hizo además, un gran trono de marfil y lo revistió de oro finísimo.
19 Había seis gradas hasta el trono, y por detrás, la parte superior del trono era redonda, con brazos a cada lado del asiento y dos leones de pie junto a los brazos.
20 Y doce leones estaban de pie allí en las seis gradas a uno y otro lado; nada semejante se hizo para ningún otro reino.
21 Todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro, también todas las vasijas de la casa del bosque del Líbano eran de oro puro, ninguna era de plata; ésta no se consideraba de ningún valor en los días de Salomón,
22 porque el rey tenía en el mar las naves de Tarsis con las naves de Hiram, y cada tres años las naves de Tarsis venían trayendo oro, plata, marfil, monos y pavos reales.
23 Así el rey Salomón llegó a ser más grande que todos los reyes de la tierra en riqueza y sabiduría.
24 Y toda la tierra procuraba ver a Salomón, para oír la sabiduría que Dios había puesto en su corazón.
25 Cada uno de ellos traía su presente: objetos de plata y objetos de oro, vestidos, armas, especias, caballos y mulos; y así año tras año.
26 Salomón reunió carros y hombres de a caballo; y tenía mil cuatrocientos carros y doce mil hombres de a caballo, y los situó en las ciudades de carros y en Jerusalén, junto al rey.
27 El rey hizo la plata tan común en Jerusalén como las piedras, e hizo los cedros tan abundantes como los sicómoros que están en el llano.
28 Los caballos de Salomón eran importados de Egipto y de Coa, y los mercaderes del rey los adquirían de Coa por cierto precio.
29 Y se importaba un carro de Egipto por seiscientos siclos de plata, y un caballo por ciento cincuenta, y de la misma forma los exportaban a todos los reyes de los hititas y a los reyes de Aram.
Filipenses 1
1 Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús: A todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, incluyendo a los obispos y diáconos:
2 Gracia a vosotros y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
3 Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros,
4 orando siempre con gozo en cada una de mis oraciones por todos vosotros,
5 por vuestra participación en el evangelio desde el primer día hasta ahora,
6 estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.
7 Es justo que yo sienta esto acerca de todos vosotros, porque os llevo en el corazón, pues tanto en mis prisiones como en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia.
8 Porque Dios me es testigo de cuánto os añoro a todos con el entrañable amor de Cristo Jesús.
9 Y esto pido en oración: que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento verdadero y en todo discernimiento,
10 a fin de que escojáis lo mejor, para que seáis puros e irreprensibles para el día de Cristo;
11 llenos del fruto de justicia que es por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios.
12 Y quiero que sepáis, hermanos, que las circunstancias en que me he visto, han redundado en el mayor progreso del evangelio,
13 de tal manera que mis prisiones por la causa de Cristo se han hecho notorias en toda la guardia pretoriana y a todos los demás;
14 y que la mayoría de los hermanos, confiando en el Señor por causa de mis prisiones, tienen mucho más valor para hablar la palabra de Dios sin temor.
15 Algunos, a la verdad, predican a Cristo aun por envidia y rivalidad, pero también otros lo hacen de buena voluntad;
16 éstos lo hacen por amor, sabiendo que he sido designado para la defensa del evangelio;
17 aquéllos proclaman a Cristo por ambición personal, no con sinceridad, pensando causarme angustia en mis prisiones.
18 ¿Entonces qué? Que de todas maneras, ya sea fingidamente o en verdad, Cristo es proclamado; y en esto me regocijo, sí, y me regocijaré.
19 Porque sé que esto resultará en mi liberación mediante vuestras oraciones y la suministración del Espíritu de Jesucristo,
20 conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado, sino que con toda confianza, aun ahora, como siempre, Cristo será exaltado en mi cuerpo, ya sea por vida o por muerte.
21 Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia.
22 Pero si el vivir en la carne, esto significa para mí una labor fructífera, entonces, no sé cuál escoger,
23 pues de ambos lados me siento apremiado, teniendo el deseo de partir y estar con Cristo, pues eso es mucho mejor;
24 y sin embargo, continuar en la carne es más necesario por causa de vosotros.
25 Y convencido de esto, sé que permaneceré y continuaré con todos vosotros para vuestro progreso y gozo en la fe,
26 para que vuestra profunda satisfacción por mí abunde en Cristo Jesús a causa de mi visita otra vez a vosotros.
27 Solamente comportaos de una manera digna del evangelio de Cristo, de modo que ya sea que vaya a veros, o que permanezca ausente, pueda oír que vosotros estáis firmes en un mismo espíritu, luchando unánimes por la fe del evangelio;
28 de ninguna manera amedrentados por vuestros adversarios, lo cual es señal de perdición para ellos, pero de salvación para vosotros, y esto, de Dios.
29 Porque a vosotros se os ha concedido por amor de Cristo, no sólo creer en El, sino también sufrir por El,
30 sufriendo el mismo conflicto que visteis en mí, y que ahora oís que está en mí.
Ezequiel 40
1 En el año veinticinco de nuestro destierro, al principio del año, a los diez días del mes, catorce años después de haber sido tomada la ciudad, en aquel mismo día vino sobre mí la mano del Señor, y me llevó allá.
2 En visiones de Dios, El me llevó a la tierra de Israel y me puso sobre un monte muy alto, sobre el cual, hacia el sur, había una construcción parecida a una ciudad.
3 Me llevó allá; y he aquí, había allí un hombre cuyo aspecto era semejante al bronce, con un cordel de lino y una caña de medir en la mano, y estaba de pie en la puerta.
4 Y el hombre me dijo: Hijo de hombre, mira con tus ojos, oye con tus oídos y presta atención a todo lo que te voy a mostrar; porque para mostrártelo has sido traído aquí. Declara todo lo que ves a la casa de Israel.
5 Y he aquí, por el exterior del templo había un muro, todo alrededor, y en la mano del hombre había una caña de medir de seis codos (cada codo de un codo y un palmo menor). Midió el espesor del muro, y tenía una caña; y la altura, una caña.
6 Entonces fue a la puerta que miraba al oriente, subió las gradas, y midió el umbral de la puerta, y tenía una caña de ancho, y el otro umbral, una caña de ancho.
7 La cámara tenía una caña de largo y una caña de ancho; y entre las cámaras había cinco codos; el umbral de la puerta junto al vestíbulo de la puerta hacia el interior tenía una caña de fondo.
8 Entonces midió el vestíbulo de la puerta, hacia el interior, y tenía una caña.
9 Midió el vestíbulo de la puerta, y tenía ocho codos, y sus pilares, dos codos. Y el vestíbulo de la puerta estaba hacia el interior.
10 Las cámaras de la puerta hacia el oriente eran tres por cada lado; las tres tenían la misma medida. Los pilares a cada lado tenían también la misma medida.
11 Midió la anchura del vestíbulo, y tenía diez codos, y la longitud de la puerta, trece codos.
12 Y había una barrera frente a las cámaras de un codo por un lado, y de un codo por el otro; cada cámara tenía seis codos por un lado y seis codos por el otro.
13 Midió la puerta desde el techo de una cámara al techo de la otra; una anchura de veinticinco codos desde una puerta hasta la puerta opuesta.
14 Midió también los pilares, y tenía sesenta codos de altura. El atrio alrededor de la puerta se extendía hasta el pilar lateral.
15 Y desde el frente de la puerta de entrada hasta el frente del vestíbulo de la puerta interior había cincuenta codos.
16 Y había ventanas estrechas que daban hacia las habitaciones, hacia sus pilares de dentro de la puerta por todo alrededor y asimismo para los pórticos. Había ventanas todo alrededor por dentro, y en cada pilar había figuras de palmeras.
17 Entonces me llevó al atrio exterior, y he aquí, había cámaras y un pavimento construido todo alrededor del atrio; treinta cámaras daban al pavimento.
18 El pavimento (esto es, el pavimento inferior) estaba al lado[s] de las puertas, correspondiendo a la longitud de las puertas.
19 Midió el ancho desde el frente de la puerta inferior hasta el frente del atrio interior por fuera, y tenía cien codos al oriente y al norte.
20 Y con respecto a la puerta del atrio exterior que daba al norte, midió su longitud y su anchura.
21 Había tres cámaras en cada lado, y sus pilares y sus pórticos eran de la misma medida que la primera puerta. Su longitud era de cincuenta codos, y la anchura de veinticinco codos.
22 Sus ventanas, sus pórticos y sus figuras de palmeras tenían las mismas medidas de la puerta que daba al oriente; se subía a ella por siete gradas, y su pórtico estaba delante de ellas.
23 El atrio interior tenía una puerta frente a la puerta del norte así como también a la puerta del oriente; y midió cien codos de puerta a puerta.
24 Luego me llevó hacia el sur, y he aquí, había una puerta hacia el sur; y midió sus pilares y sus pórticos conforme a aquellas mismas medidas.
25 La puerta y sus pórticos tenían ventanas todo alrededor como las otras ventanas; la longitud era de cincuenta codos y la anchura de veinticinco codos.
26 Y había siete gradas para subir a ella, y sus pórticos estaban delante de ellas; y tenía figuras de palmeras sobre sus pilares, una a cada lado.
27 El atrio interior tenía una puerta hacia el sur; y midió de puerta a puerta hacia el sur, y eran cien codos.
28 Después me llevó al atrio interior por la puerta del sur, y midió la puerta del sur conforme a aquellas mismas medidas.
29 También sus cámaras, sus pilares y sus pórticos eran conforme a aquellas mismas medidas. Y la puerta y sus pórticos tenían ventanas todo alrededor; era de cincuenta codos de largo y veinticinco codos de ancho.
30 Y había pórticos todo alrededor de veinticinco codos de largo y cinco codos de ancho.
31 Sus pórticos daban al atrio exterior; y había figuras de palmeras en sus pilares, y se subía por ocho gradas.
32 Entonces me llevó al atrio interior que daba al oriente, y midió la puerta conforme a aquellas mismas medidas.
33 También sus cámaras, sus pilares, y sus pórticos eran conforme a aquellas mismas medidas. Y la puerta y sus pórticos tenían ventanas todo alrededor; era de cincuenta codos de largo y veinticinco codos de ancho.
34 Y sus pórticos daban al atrio exterior; y había figuras de palmeras en sus pilares a cada lado, y se subía por ocho gradas.
35 Me llevó luego a la puerta del norte, y la midió conforme a aquellas mismas medidas,
36 con sus cámaras, sus pilares y sus pórticos. La puerta tenía ventanas todo alrededor; era de cincuenta codos de largo y veinticinco codos de ancho.
37 Sus pilares daban al atrio exterior; y había figuras de palmeras en sus pilares a cada lado, y se subía por ocho gradas.
38 Había una cámara con su entrada junto a los pilares de las puertas; allí lavaban el holocausto.
39 Y en el vestíbulo de la puerta había a cada lado dos mesas, en las cuales se degollaban el holocausto, la ofrenda por el pecado y la ofrenda por la culpa.
40 Y por el lado de afuera, conforme uno subía a la entrada de la puerta, hacia el norte, había dos mesas; y al otro lado del vestíbulo de la puerta había dos mesas.
41 Había cuatro mesas a un lado y cuatro mesas al otro lado, junto a la puerta: ocho mesas sobre las cuales degollaban los sacrificios.
42 Y para el holocausto había cuatro mesas de piedra labrada de un codo y medio de largo, un codo y medio de ancho y un codo de alto, sobre las cuales se colocaban los instrumentos con que degollaban el holocausto y el sacrificio.
43 Ganchos dobles, de un palmo menor de longitud, estaban colocados en el interior, todo alrededor; y sobre las mesas estaba la carne de la ofrenda.
44 Fuera de la puerta interior, en el atrio interior, había dos cámaras, una de las cuales estaba al lado de la puerta del norte con su fachada hacia el sur, y la otra al lado de la puerta del sur con su fachada hacia el norte.
45 Y él me dijo: Esta cámara cuya fachada da al sur, es para los sacerdotes encargados del templo;
46 y la cámara cuya fachada da al norte, es para los sacerdotes encargados del altar. Estos son los hijos de Sadoc, que, de los hijos de Leví, se acercan al Señor para servirle.
47 Y midió el atrio, un cuadrado de cien codos de largo y cien codos de ancho; y el altar estaba delante del templo.
48 Me llevó después al pórtico del templo y midió cada pilar del pórtico, cinco codos por un lado y cinco por el otro; y la anchura de la puerta, tres codos por un lado y tres codos por el otro.
49 La longitud del pórtico era de veinte codos y la anchura de once codos; y junto a las gradas por donde se subía a él, había columnas junto a los pilares, una a un lado y otra al otro.
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