Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
1° Reyes 16
1 Y la palabra del Señor vino a Jehú, hijo de Hananí, contra Baasa, diciendo:
2 Por cuanto te levanté del polvo y te hice príncipe sobre mi pueblo Israel, y has andado en el camino de Jeroboam, y has hecho pecar a mi pueblo Israel provocándome a ira con sus pecados,
3 he aquí, consumiré a Baasa y a su casa, y haré tu casa como la casa de Jeroboam, hijo de Nabat.
4 El que de Baasa muera en la ciudad, se lo comerán los perros, y el que de él muera en el campo, se lo comerán las aves del cielo.
5 Los demás hechos de Baasa, lo que hizo y su poderío, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel?
6 Y durmió Baasa con sus padres y fue sepultado en Tirsa; y su hijo Ela reinó en su lugar.
7 También fue la palabra del Señor por medio del profeta Jehú, hijo de Hananí, contra Baasa y su casa, no sólo por todo el mal que hizo ante los ojos del Señor, provocándole a ira con la obra de sus manos, siendo semejante a la casa de Jeroboam, sino también por haber destruido a ésta.
8 En el año veintiséis de Asa, rey de Judá, Ela, hijo de Baasa, comenzó a reinar sobre Israel en Tirsa y reinó dos años.
9 Y su siervo Zimri, comandante de la mitad de sus carros, conspiró contra él. Y Ela estaba en Tirsa bebiendo hasta emborracharse en la casa de Arsa, que era mayordomo de la casa en Tirsa.
10 Entonces Zimri entró, lo hirió, y le dio muerte, en el año veintisiete de Asa, rey de Judá, y reinó en su lugar.
11 Y sucedió que cuando comenzó a reinar, tan pronto como se sentó en su trono, mató a toda la casa de Baasa; no dejó ni un solo varón, ni de sus parientes ni de sus amigos.
12 Así Zimri destruyó toda la casa de Baasa, conforme a la palabra que el Señor había hablado contra Baasa por medio del profeta Jehú,
13 por todos los pecados de Baasa y por los pecados de su hijo Ela, con los cuales pecaron y con los que hicieron pecar a Israel, provocando a ira con sus ídolos al Señor, Dios de Israel.
14 Los demás hechos de Ela y todo lo que hizo, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel?
15 En el año veintisiete de Asa, rey de Judá, Zimri reinó siete días en Tirsa. Y el pueblo estaba acampado contra Gibetón, que pertenecía a los filisteos.
16 El pueblo que estaba acampado oyó decir: Zimri ha conspirado y también ha matado al rey. Entonces, ese mismo día en el campamento, todo Israel hizo a Omri, comandante del ejército, rey sobre Israel.
17 Entonces Omri subió desde Gibetón, y todo Israel con él, y sitiaron a Tirsa.
18 Y sucedió que cuando Zimri vio que la ciudad era tomada, entró en la ciudadela de la casa del rey, prendió fuego sobre sí a la casa del rey y murió,
19 a causa de los pecados que había cometido, haciendo lo malo ante los ojos del Señor, andando en el camino de Jeroboam, y por el pecado que cometió, haciendo pecar a Israel.
20 Los demás hechos de Zimri, y la conspiración que llevó a cabo, ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel?
21 Entonces el pueblo de Israel se dividió en dos partes: la mitad del pueblo siguió a Tibni, hijo de Ginat, para hacerle rey; la otra mitad siguió a Omri.
22 Pero el pueblo que siguió a Omri prevaleció sobre el pueblo que siguió a Tibni, hijo de Ginat. Y Tibni murió, y Omri comenzó a reinar.
23 En el año treinta y uno de Asa, rey de Judá, Omri comenzó a reinar sobre Israel, y reinó doce años; seis años reinó en Tirsa.
24 Y compró a Semer el monte Samaria por dos talentos de plata; edificó sobre el monte, y a la ciudad que edificó puso por nombre Samaria, del nombre de Semer, dueño del monte.
25 Y Omri hizo lo malo ante los ojos del Señor, y obró más perversamente que todos los que fueron antes que él;
26 pues anduvo en todos los caminos de Jeroboam, hijo de Nabat, y en los pecados con que hizo pecar a Israel, provocando al Señor, Dios de Israel, con sus ídolos.
27 Los demás hechos que Omri hizo y el poderío que mostró ¿no están escritos en el libro de las Crónicas de los reyes de Israel?
28 Y durmió Omri con sus padres y fue sepultado en Samaria; y su hijo Acab reinó en su lugar.
29 Acab, hijo de Omri, comenzó a reinar sobre Israel en el año treinta y ocho de Asa, rey de Judá, y reinó Acab, hijo de Omri, sobre Israel en Samaria veintidós años.
30 Y Acab, hijo de Omri, hizo lo malo a los ojos del Señor más que todos los que fueron antes que él.
31 Y como si fuera poco el andar en los pecados de Jeroboam, hijo de Nabat, tomó por mujer a Jezabel, hija de Et-baal, rey de los sidonios, y fue a servir a Baal y lo adoró.
32 Y edificó un altar a Baal en la casa de Baal que edificó en Samaria.
33 Acab hizo también una Asera. Así Acab hizo más para provocar al Señor, Dios de Israel, que todos los reyes de Israel que fueron antes que él.
34 En su tiempo Hiel de Betel reedificó Jericó; a costa de la vida de Abiram su primogénito puso sus cimientos, y a costa de la vida de su hijo menor Segub levantó sus puertas, conforme a la palabra que el Señor había hablado por Josué, hijo de Nun.
Colosenses 3
1 Si habéis, pues, resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.
2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
4 Cuando Cristo, nuestra vida, sea manifestado, entonces vosotros también seréis manifestados con El en gloria.
5 Por tanto, considerad los miembros de vuestro cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría.
6 Pues la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas cosas,
7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas.
8 Pero ahora desechad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, lenguaje soez de vuestra boca.
9 No mintáis los unos a los otros, puesto que habéis desechado al viejo hombre con sus malos hábitos,
10 y os habéis vestido del nuevo hombre, el cual se va renovando hacia un verdadero conocimiento, conforme a la imagen de aquel que lo creó;
11 una renovación en la cual no hay distinción entre griego y judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, escita, esclavo o libre, sino que Cristo es todo, y en todos.
12 Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia;
13 soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
14 Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo de la unidad.
15 Y que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, a la cual en verdad fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
16 Que la palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, con toda sabiduría enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en vuestros corazones.
17 Y todo lo que hacéis, de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de El a Dios el Padre.
18 Mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
19 Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas.
20 Hijos, sed obedientes a vuestros padres en todo, porque esto es agradable al Señor.
21 Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.
22 Siervos, obedeced en todo a vuestros amos en la tierra, no para ser vistos, como los que quieren agradar a los hombres, sino con sinceridad de corazón, temiendo al Señor.
23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres,
24 sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien servís.
25 Porque el que procede con injusticia sufrirá las consecuencias del mal que ha cometido, y eso, sin acepción de personas.
Ezequiel 46
1 “Así dice el Señor Dios: ‘La puerta del atrio interior que mira al oriente estará cerrada los seis días de trabajo; pero se abrirá el día de reposo; también se abrirá el día de la luna nueva.
2 ‘Y el príncipe entrará desde el exterior por el camino del vestíbulo de la puerta y se detendrá junto al poste de la puerta. Entonces los sacerdotes ofrecerán su holocausto y sus ofrendas de paz, y él adorará junto al umbral de la puerta y luego saldrá, pero no se cerrará la puerta hasta la tarde.
3 ‘El pueblo de la tierra también adorará a la entrada de esa puerta delante del Señor los días de reposo y en las lunas nuevas.
4 ‘El holocausto que el príncipe ofrecerá al Señor el día de reposo será de seis corderos sin defecto y un carnero sin defecto;
5 y la ofrenda de cereal será de un efa por carnero, y la ofrenda de cereal con los corderos según lo que pueda dar, y un hin de aceite por efa.
6 ‘El día de la luna nueva ofrecerá un novillo sin defecto de la vacada, también seis corderos y un carnero, que serán sin defecto.
7 ‘Y proveerá una ofrenda de cereal, un efa por novillo y un efa por carnero, y con los corderos según lo que pueda, y un hin de aceite por efa.
8 ‘Y cuando el príncipe entre, entrará por el camino del vestíbulo de la puerta y saldrá por el mismo camino.
9 ‘Pero cuando el pueblo de la tierra venga delante del Señor en las fiestas señaladas, el que entre por la puerta del norte para adorar, saldrá por la puerta del sur, y el que entre por la puerta del sur, saldrá por la puerta del norte. Nadie saldrá por la puerta por la cual entró, sino que saldrá por el lado opuesto.
10 ‘Y cuando entren, el príncipe entrará en medio de ellos; y cuando ellos salgan, saldrá él.
11 ‘En los días festivos y en las fiestas señaladas la ofrenda de cereal será de un efa por novillo y de un efa por cordero, y con los corderos, según lo que pueda dar, y de un hin de aceite por efa.
12 ‘Y cuando el príncipe ofrezca una ofrenda voluntaria, un holocausto u ofrendas de paz como ofrenda voluntaria al Señor, le abrirán la puerta que da al oriente, y ofrecerá su holocausto y sus ofrendas de paz como lo hace en el día de reposo. Luego saldrá, y cerrarán la puerta después que él salga.
13 ‘Cada día ofrecerás un cordero de un año sin defecto para holocausto al Señor; mañana tras mañana lo ofrecerás.
14 ‘También con él ofrecerás cada mañana una ofrenda de cereal, la sexta parte de un efa y la tercera parte de un hin de aceite para humedecer la flor de harina; es la ofrenda continua de cereal al Señor como ordenanza perpetua.
15 ‘Ofrecerán, pues, el cordero, la ofrenda de cereal y el aceite, mañana tras mañana, como un holocausto continuo.’
16 “Así dice el Señor Dios: ‘Si de su heredad el príncipe hace un regalo a alguno de sus hijos, será para sus hijos; es posesión de ellos por heredad.
17 ‘Pero si de su heredad hace un regalo a uno de sus siervos, será de él hasta el año del jubileo; después volverá al príncipe. Su heredad será sólo de sus hijos; a ellos pertenecerá.
18 ‘Y el príncipe no tomará nada de la heredad del pueblo, despojándolos de su posesión; dará heredad a sus hijos de su propia posesión, para que ninguno de mi pueblo sea echado de su posesión.’”
19 Después me llevó por la entrada que estaba al lado de la puerta, a las cámaras sagradas de los sacerdotes que daban al norte; y he aquí, había allí un lugar al fondo, hacia el occidente.
20 Y me dijo: Este es el lugar donde los sacerdotes cocerán la ofrenda por la culpa y la ofrenda por el pecado, y donde cocerán la ofrenda de cereal, para que no tengan que sacarlas al atrio exterior, y santifiquen así al pueblo.
21 Entonces me sacó al atrio exterior y me llevó por los cuatro ángulos del atrio; y he aquí, en cada ángulo del atrio había un atrio pequeño.
22 En los cuatro ángulos del atrio había atrios cercados, de cuarenta codos de largo y treinta de ancho; los cuatro atrios en los ángulos tenían una misma medida.
23 Y había un muro alrededor de ellos, alrededor de los cuatro, y debajo había fogones construidos alrededor de los muros.
24 Y me dijo: Estos son los fogones donde los servidores de la casa cocerán los sacrificios del pueblo.
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