Pero tenés que comportarte como un hijo.
Mirá lo que Dios más desea para vos como Padre.
«Él clamará a Mí: Mi Padre eres Tú, mi Dios y la Roca de mi Salvación». Salmos 89:26
Todo lo que Dios espera para entrar en acción en nuestras vidas y suplir lo que está faltando o arreglar lo que está fuera de lugar es que nosotros, los seres humanos, Lo veamos, Lo consideremos y Lo llamemos: «¡Mi Padre, mi Dios, mi Salvador!». Entonces, de pronto, Él mostrará Su Salvación (Socorro Divino, Liberación, Sanidad, Perdón, Prosperidad y Felicidad completa), Su Espíritu Santo.
«Yo también lo haré Mi primogénito ―primer hijo―, el más excelso de los reyes de la Tierra. Para siempre conservaré Mi Misericordia hacia él, y Mi Pacto le será confirmado». Salmos 89:27-28
Dios Quiere llamarnos hijos y hacer que todos vean la diferencia entre los que Lo tienen por Padre y los que no.
Él ha Prometido conservar Su Misericordia, es decir, Perdonar todos los pecados y confirmar Su Pacto de Salvar, Restaurar y Cuidar:
«Entonces volveréis a distinguir entre el justo y el impío, entre el que sirve ―honra― a Dios y el que no Le sirve ―honra», Malaquías 3:18.
El 16 de junio, a las 9.30 h, el tercer domingo de este mes, fecha en la que se celebra el Día del Padre en Argentina, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Venezuela, Le haremos un homenaje a nuestro Padre Celestial y a todos los padres. Estamos buscando a los padres que tienen una adicción; que se sienten olvidados, solitarios y tristes; o que están enfermos, desempleados, frustrados y descreídos, para que ese día sea confirmado el Pacto de Liberación, Perdón, Reconciliación y Salvación entre Dios y ellos.
Por favor, llevá a la Universal a tu padre, a tus familiares que son padres y a tus conocidos que también lo son, porque, en esta oportunidad, vamos a Ungir las manos de todos los Trabajadores.
Será un domingo muy especial para nuestro Padre Celestial y para todos los padres.
¿Qué opinás? ¿Podemos contar con vos?
Por favor, leé los siguientes versículos:
«Así estableceré su descendencia para siempre, y su trono como los días de los cielos. Si sus hijos abandonan Mi Ley y no andan en Mis Juicios, si violan Mis Estatutos y no guardan Mis Mandamientos, entonces castigaré con vara su transgresión, y con azotes su iniquidad. Pero no quitaré de él Mi Misericordia, ni obraré falsamente en Mi Fidelidad. No quebrantaré Mi Pacto, ni cambiaré la palabra de Mis Labios». Salmos 89:29-34
Dios Afirma que no dejará de hacer Su parte. Aunque nosotros Le fallemos a Él y a los demás, y suframos las consecuencias de nuestros errores, Él no nos fallará, sino que nos perdonará y nos salvará. ¡Qué lindo! ¡Qué maravilloso! ¡¿Verdad?!
Obispo Júlio Freitas