Olga encontró la salida en el momento más difícil de su vida, cuando no había más esperanza, pero ella descubrió que Dios era la solución: “Antes de conocer la Universal, vi como, en cuestión de meses toda mi vida se derrumbó. A raíz de un accidente automovilístico estuve en silla de ruedas, mi esposo había fallecido unos día antes.
Mientras estaba internada desvalijaron mi casa. Además perdí dos negocios en cuestión de días.
El peor momento fue cuando, luego de tres operaciones, me dijeron que a mi pierna izquierda le había agarrado gangrena y que la solución era amputarla.
Un día estaba en casa, escuchando la radio, ya estaba en silla de ruedas. Cuando escuché a un pastor, en la programación de la Universal, que decía exactamente lo que me pasaba, mi hijo me llevó. Cuando entré oraron por mí y el cambio fue progresivo.
Todo cambió, tengo mi casa, estoy excelente de salud, camino sin problema, sirvo a Dios, soy muy feliz”, concluye.
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