Todos los que visitan el Templo de Salomón coinciden en que es un viaje que contribuye la vida espiritual:
“Mi nombre es Ángela y mi experiencia en el Templo de Salomón fue de gran importancia para mí. Cada momento vivido en el lugar fue único e irrepetible. Al llegar pude contemplar la estructura y lo imponente del lugar. En ese preciso momento me invadió una gran alegría, estaba feliz de tener ese gran privilegio.
Cuando entré noté un ambiente espiritual, también pude ver en la construcción cada detalle, todo lo que observaba era hermoso.
En ese momento, recordé la primera vez que llegué a la iglesia. A partir de ese momento, Dios quitó la gran carga que traía y Él me dio una nueva vida.
Le agradecí al Señor por todo lo que hizo por mí. Puedo decir que salí del Templo muy distinta a como había entrado. Mis fuerzas fueron totalmente renovadas, volví con la certeza de que Dios está conmigo y sé que cosas mejores están a punto de llegar”.
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