Sulma, tuvo una vida marcada por problemas espirituales, sentimentales, familiares y de salud: “Conocí la Universal cuando era chica, pero me alejé. A los 12 años dejé mi casa para irme con un chico. Pasábamos hambre y nos escapábamos literalmente de la policía porque mis padres me buscaban. Luego de un tiempo, quise dejarlo pero él me perseguía, me agredía y era muy celoso. Yo tomaba cualquier cantidad de bebida blanca y además fumaba. Lo peor fue cuando me arrastró en una moto a lo largo de cuatro cuadras, ahí lo dejé definitivamente. Después conocí a un muchacho que vendía droga. Estaba tan obsesionada con él que me quería embarazar para atarlo a mí, pero me terminó dejando y me enfermé con una infección. Como si fuera poco, una banda de traficantes rivales, desvalijó y quemó mi casa.
Un día me dieron un ejemplar de El Universal y tomé la decisión de volver y entregarme a Dios. Usé la fe y mi familia fue bendecida, todos asisten a la Universal, vencí mi enfermedad y hoy soy feliz, Dios me dio todo lo que necesitaba”.
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