Conocer la Biblia es muy importane para todos nosotros, especialmente en los momentos más difíciles de nuestra vida, porque Dios habla con nosotros por medio de Su Palabra. El Espíritu Santo nos conduce, nos orienta, y cuando pasamos por tribulaciones, Él nos hace recordar lo que está escrito en la Biblia, una Palabra de Dios que nos conforte. Pero solo la recordaremos si la conocemos.
Por eso, elaboramos un plan para que usted lea la Biblia en 1 año. Si usted todavía no comenzó, haga clic aquí y empiece ahora, no lo deje para mañana. Usted verá cómo se transformará su vida.
Si usted ya está en este propósito, acompañe la lectura de hoy:
1° Crónicas 28
1 David reunió en Jerusalén a todos los oficiales de Israel, los jefes de las tribus, los comandantes de las divisiones que servían al rey, los comandantes de millares, los comandantes de centenas y los administradores de toda la hacienda y del ganado del rey y de sus hijos, con los oficiales y los poderosos, es decir, a todos los hombres valientes.
2 Entonces el rey David se puso en pie y dijo: Escuchadme, hermanos míos y pueblo mío; había pensado edificar una casa permanente para el arca del pacto del Señor y para estrado de nuestro Dios. Así había hecho arreglos para edificarla.
3 Pero Dios me dijo: “No edificarás casa a mi nombre, porque eres hombre de guerra y has derramado mucha sangre.”
4 Sin embargo, el Señor, Dios de Israel, me escogió de toda la casa de mi padre para ser rey de Israel para siempre. Porque El escogió a Judá para ser jefe; y de la casa de Judá, la casa de mi padre; y entre los hijos de mi padre, El se agradó de mí para hacerme rey sobre todo Israel.
5 Y de todos mis hijos (porque el Señor me ha dado muchos hijos), El ha escogido a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino del Señor sobre Israel.
6 Y El me dijo: “Tu hijo Salomón es quien edificará mi casa y mis atrios; porque lo he escogido por hijo mío, y yo le seré por padre.
7 “Estableceré su reino para siempre si se mantiene firme en cumplir mis mandamientos y mis ordenanzas, como en este día.”
8 De manera que ahora, en presencia de todo Israel, asamblea del Señor, y a oídos de nuestro Dios, guardad y buscad todos los mandamientos del Señor vuestro Dios para que poseáis la buena tierra y la dejéis como heredad a vuestros hijos después de vosotros para siempre.
9 En cuanto a ti, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele de todo corazón y con ánimo dispuesto; porque el Señor escudriña todos los corazones, y entiende todo intento de los pensamientos. Si le buscas, El te dejará encontrarle; pero si le abandonas, El te rechazará para siempre.
10 Ahora pues, considera que el Señor te ha escogido para edificar una casa para el santuario; esfuérzate y hazla.
11 Entonces David dio a su hijo Salomón el plano del pórtico del templo, de sus edificios, almacenes, aposentos altos, cámaras interiores y del lugar del propiciatorio;
12 y el plano de todo lo que tenía en mente para los atrios de la casa del Señor y para todas las cámaras alrededor, para los almacenes de la casa de Dios y para los almacenes de las cosas consagradas;
13 también para las clases de los sacerdotes y de los levitas y para toda la obra del servicio de la casa del Señor y para todos los utensilios del servicio en la casa del Señor;
14 para los utensilios de oro, el peso del oro para todos los utensilios para toda clase de servicio; para los utensilios de plata, el peso de la plata para todos los utensilios para toda clase de servicio;
15 y el peso del oro para los candelabros de oro y sus lámparas de oro, con el peso de cada candelabro y sus lámparas; y el peso de la plata para los candelabros de plata, con el peso de cada candelabro y sus lámparas conforme al uso de cada candelabro;
16 y para cada mesa, el oro por peso para las mesas de los panes de la proposición; y la plata para las mesas de plata;
17 y los garfios, los tazones, y los jarros de oro puro; y para las tazas de oro con el peso de cada taza; y para las tazas de plata con el peso de cada taza;
18 y oro acrisolado por peso para el altar del incienso; y oro para el diseño del carro, es decir, de los querubines, que extendían sus alas y cubrían el arca del pacto del Señor.
19 Todo esto, dijo David, me fue trazado por mano del Señor, haciéndome entender todos los detalles del diseño.
20 Entonces David dijo a su hijo Salomón: Esfuérzate, sé valiente y haz la obra; no temas ni te acobardes, porque el Señor Dios, mi Dios, está contigo. El no te fallará ni te abandonará, hasta que toda la obra del servicio de la casa del Señor sea acabada.
21 Y he aquí, tienes las clases de los sacerdotes y los levitas para todo el servicio de la casa de Dios; y todo voluntario con alguna habilidad estará contigo en toda la obra para toda clase de servicio. También los oficiales y todo el pueblo estarán completamente a tus órdenes.
2° Pedro 2
1 Pero se levantaron falsos profetas entre el pueblo, así como habrá también falsos maestros entre vosotros, los cuales encubiertamente introducirán herejías destructoras, negando incluso al Señor que los compró, trayendo sobre sí una destrucción repentina.
2 Muchos seguirán su sensualidad, y por causa de ellos, el camino de la verdad será blasfemado;
3 y en su avaricia os explotarán con palabras falsas. El juicio de ellos, desde hace mucho tiempo no está ocioso, ni su perdición dormida.
4 Porque si Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas, reservados para juicio;
5 si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, un predicador de justicia, con otros siete, cuando trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos;
6 si condenó a la destrucción las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a cenizas, poniéndolas de ejemplo para los que habrían de vivir impíamente después;
7 si rescató al justo Lot, abrumado por la conducta sensual de hombres libertinos
8 (porque ese justo, por lo que veía y oía mientras vivía entre ellos, diariamente sentía su alma justa atormentada por sus hechos inicuos),
9 el Señor, entonces, sabe rescatar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos bajo castigo para el día del juicio,
10 especialmente a los que andan tras la carne en sus deseos corrompidos y desprecian la autoridad. Atrevidos y obstinados, no tiemblan cuando blasfeman de las majestades angélicas,
11 cuando los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio injurioso contra ellos delante del Señor.
12 Pero éstos, como animales irracionales, nacidos como criaturas de instinto para ser capturados y destruidos, blasfemando de lo que ignoran, serán también destruidos con la destrucción de esas criaturas,
13 sufriendo el mal como pago de su iniquidad. Cuentan por deleite andar en placeres disolutos durante el día; son manchas e inmundicias, deleitándose en sus engaños mientras banquetean con vosotros.
14 Tienen los ojos llenos de adulterio y nunca cesan de pecar; seducen a las almas inestables; tienen un corazón ejercitado en la avaricia; son hijos de maldición.
15 Abandonando el camino recto, se han extraviado, siguiendo el camino de Balaam, el hijo de Beor, quien amó el pago de la iniquidad,
16 pero fue reprendido por su transgresión, pues una muda bestia de carga, hablando con voz humana, reprimió la locura del profeta.
17 Estos son manantiales sin agua, bruma impulsada por una tormenta, para quienes está reservada la oscuridad de las tinieblas.
18 Pues hablando con arrogancia y vanidad, seducen mediante deseos carnales, por sensualidad, a los que hace poco escaparon de los que viven en el error.
19 Les prometen libertad, mientras que ellos mismos son esclavos de la corrupción, pues uno es esclavo de aquello que le ha vencido.
20 Porque si después de haber escapado de las contaminaciones del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, de nuevo son enredados en ellas y vencidos, su condición postrera viene a ser peor que la primera.
21 Pues hubiera sido mejor para ellos no haber conocido el camino de la justicia, que habiéndolo conocido, apartarse del santo mandamiento que les fue dado.
22 Les ha sucedido a ellos según el proverbio verdadero: El perro vuelve a su propio vomito, y: La puerca lavada, vuelve a revolcarse en el cieno.
Miqueas 4
1 Y sucederá en los últimos días que el monte de la casa del Señor será establecido como cabeza de los montes; se elevará sobre las colinas, y afluirán a él los pueblos.
2 Vendrán muchas naciones y dirán: Venid y subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob, para que El nos instruya en sus caminos, y nosotros andemos en sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor.
3 El juzgará entre muchos pueblos, y enjuiciará a naciones poderosas y lejanas; entonces forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.
4 Cada uno se sentará bajo su parra y bajo su higuera, y no habrá quien los atemorice, porque la boca del Señor de los ejércitos ha hablado.
5 Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, nosotros andaremos en el nombre del Señor nuestro Dios para siempre jamás.
6 En aquel día —declara el Señor— reuniré a la coja y recogeré a la perseguida, a las que yo había maltratado.
7 Haré de la coja un remanente, y de la perseguida una nación fuerte. Y el Señor reinará sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre.
8 Y tú, torre del rebaño, colina de la hija de Sion, hasta ti vendrá, vendrá el antiguo dominio, el reino de la hija de Jerusalén.
9 Ahora, ¿por qué gritas tan fuerte? ¿No hay rey en ti? ¿Ha perecido tu consejero, que el dolor te aflige como a mujer de parto?
10 Retuércete y gime, hija de Sion, como mujer de parto, porque ahora saldrás de la ciudad y habitarás en el campo, e irás hasta Babilonia. Allí serás rescatada, allí te redimirá el Señor
de la mano de tus enemigos.
11 Pero ahora se han juntado contra ti muchas naciones, que dicen: “Sea profanada, y que se deleiten en Sion nuestros ojos.”
12 Mas ellos no conocen los pensamientos del Señor, ni comprenden su propósito, porque los ha recogido como gavillas en la era.
13 Levántate y trilla, hija de Sion, pues yo haré tu cuerno de hierro y haré tus pezuñas de bronce, para que desmenuces a muchos pueblos, para que consagres al Señor su injusta ganancia, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.
Miqueas 5
1 Agrúpate ahora en tropas, hija de guerreros; han puesto sitio contra nosotros. Con una vara herirán en la mejilla al juez de Israel.
2 Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel. Y sus orígenes son desde tiempos antiguos, desde los días de la eternidad.
3 Por tanto, El los abandonará hasta el tiempo en que dé a luz la que ha de dar a luz. Entonces el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel.
4 Y El se afirmará y pastoreará su rebaño con el poder del Señor, con la majestad del nombre del Señor su Dios. Y permanecerán, porque en aquel tiempo El será engrandecido hasta los confines de la tierra.
5 Y El será nuestra paz. Cuando el asirio invada nuestra tierra, y cuando huelle nuestros palacios, levantaremos contra él siete pastores y ocho príncipes del pueblo.
6 Y ellos pastorearán la tierra de Asiria con espada, la tierra de Nimrod en sus puertas; El nos librará del asirio cuando invada nuestra tierra y huelle nuestro territorio.
7 Entonces el remanente de Jacob, en medio de muchos pueblos, será como rocío que viene del Señor, como lluvias sobre la hierba que no espera al hombre ni aguarda a los hijos de los hombres.
8 Y será el remanente de Jacob entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como león entre las fieras de la selva, como leoncillo entre los rebaños de ovejas, que si pasa, huella y desgarra, y no hay quien libre.
9 Se alzará tu mano contra tus adversarios, y todos tus enemigos serán exterminados.
10 Y sucederá en aquel día —declara el Señor— que exterminaré tus caballos de en medio de ti, y destruiré tus carros.
11 También exterminaré las ciudades de tu tierra, y derribaré todas tus fortalezas.
12 Exterminaré las hechicerías de tu mano, y no tendrás más adivinos.
13 Exterminaré tus imágenes talladas y tus pilares sagrados de en medio de ti, y ya no te postrarás más ante la obra de tus manos.
14 Arrancaré tus Aseras de en medio de ti, y destruiré tus ciudades.
15 Y con ira y furor tomaré venganza de las naciones que no obedecieron.
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