Cuando amamos a una persona, traemos a nuestra mente todas sus cualidades que nos hacen sentir felices y bendecidos por tenerla a nuestro lado. Su belleza, su personalidad, su carácter, su modo de hablar, sus caricias…
Nos olvidamos de que esa misma persona no es perfecta y, tarde o temprano, nos decepcionará. Está garantizado. Pero eso no significa necesariamente que ella haya querido lastimarnos. Significa que ella es humana, como nosotros.
Es por eso que amar incluye disculpar y perdonar.
P.D.: Las parejas abusivas son otra historia.
Extraído Blog Obispo Renato Cardoso
[related-content]