¿Cómo reacciona cuando las dificultades se multiplican en su camino? ¿Las enfrenta de a una, perseverando en su objetivo? ¿O se desespera y deja todo a la mitad?
Muchos abandonan sus proyectos cuando no logran resolver sus problemas, otros dejan de lado sus sueños cuando reciben una mala noticia. También están los que creen que la bendición está lejos, es demasiado difícil de alcanzar y desisten.
Independientemente del motivo que pueda surgir para dificultarle la vida, es necesario que persevere hasta alcanzar los objetivos. La perseverancia es la que asegura el éxito en todas las áreas de la vida. Eso está garantizado en la Biblia: “Porque os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.”, (Hebreos 10:36).
“La perseverancia es una necesidad. No hay otra opción, es imprescindible para hacer la voluntad de Dios y eso es necesario para alcanzar la promesa”, explica el Obispo Macedo en su libro El pan nuestro de cada día.
El Señor Jesús señaló la importancia de perseverar, “Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.”, (Mateo 24:13).
El acto de perseverar muestra que la persona cree en la respuesta de Dios, aunque los objetivos no han sido alcanzados. “La conquista material refleja el carácter espiritual. Si el espíritu humano es determinado para realizar un sueño material, entonces lo mismo se da en lo espiritual”, argumenta el Obispo.
Los obstáculos deben servir para fortalecer la fe del cristiano. “El plan del infierno es armar tácticas para atrasar las conquistas del pueblo de Dios. El perseverante jamás se deja llevar por las dificultades. Antes, las usa como pasos a su conquista.”, describe en su libro.
Tal vez esté pensando en desistir, pero es preciso entender que no existe sueño imposible para Dios, como está escrito: “Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.”, (Marcos 9:23). Vea cuales son sus reacciones delante de las adversidades y no desista de sus sueños. Si alguien estuviera en contra suyo, ore a Dios para que le de ánimo. Hable con Él cuando sus fuerzas están al límite, continúe luchando, porque así estará cada vez más cerca de la bendición.