“Dijo entonces el Señor: Por cuanto este pueblo se me acerca con sus palabras y me honra con sus labios, pero aleja de mí su corazón, y su veneración hacia mí es sólo una tradición aprendida de memoria.” Isaias 29.13
Quien finge ser siervo se acerca a Dios con oraciones decoradas y para parecer santo delante de los hombres. Pero a Dios no se le engaña, pues Él sonda la intención de los corazones, y si no ve en ellos la devoción y amor de cuerpo, alma y espíritu, jamás hará de aquellas personas amigas o hijas suyas.