Antes del Ayuno de Daniel, Cristina estaba espiritualmente débil y fría porque aún no tenía el Espíritu Santo. Por esta razón, cuando comenzó el propósito del Ayuno, decidió lanzarse por completo.
A partir de entonces, comenzó a ayunar, a rechazar todo tipo de información secular y, antes del término del propósito del Ayuno, recibió el bautismo en el Espíritu Santo.
Conozca cómo la historia de Cristina cambió, luego de participar del Ayuno de Daniel: