Robocop, Terminator, Crank: Alto Voltaje, Transcendence, Chappie, La coraza del fantasma… no faltan las películas en las que el ser humano le transfiere su conciencia a una máquina o se convierte en un robot. Hasta los días de hoy, este tipo de películas se clasifica con el nombre de “ficción científica”, pero Elon Musk está dispuesto a cambiar esto.
Musk es un sudafricano, dueño de algunas de las más importantes empresas del planeta, como Solar City, SpaceX y Tesla. El joven de 38 años ganó mucho dinero al presentarle innovaciones al mercado, a través de la forma de pago Paypal. Hoy el valor de sus empresas y propiedades es de aproximadamente USD 18.693.150.000.
El sudafricano se ha hecho famoso por reinventar los autos eléctricos (“fiebre” en la actual Europa). Esto hizo que su empresa se vuelva más valiosa que las centenarias Ford y GM. Musk también revolucionó el viaje espacial. Defiende la colonización en Marte, y empezó a reutilizar partes de naves espaciales, algo que ni siquiera la NASA había logrado aún, y que abaratará los costos de las exploraciones espaciales de una forma inigualable.
Uno de los planes más audaces de Elon Musk es, precisamente, transferir la conciencia humana a una computadora (mind-upload), pues de esa forma la persona sería capaz de vivir para siempre. Musk ya tiene científicos que trabajan en el proyecto y cree que para el 2030 se podrá hacer esa transferencia en ratones de laboratorio, y que quedarán pocos pasos para hacer lo mismo con los humanos.
Al fusionar al hombre con la máquina, Musk (y centenas de otros investigadores) piensan crear la “vida eterna”. Es decir, ellos consideran que el fin del cuerpo humano es la muerte eterna y, por eso, quieren hacer que el hombre se vuelva una máquina.
Nueva invención antigua
La vida eterna, la vida después de la muerte del cuerpo humano… Cualquiera que haya leído la Biblia sabe que estos conceptos no son una novedad. Aún más, lo que Musk piensa hacer, Dios ya lo había hecho hace mucho tiempo: ofrecerle la Vida Eterna al hombre.
Hace aproximadamente 2.000 años el Señor Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en Mí, aunque esté muerto, vivirá.” (Juan 11:25).
Lo que Él decía, conforme lo explica el obispo Edir Macedo, es que quien vive según Sus enseñanzas no muere. El cuerpo pierde la vida, se descompone, y “eso es la muerte para las personas de este mundo, pero no es la muerte para Jesús”.
No obstante, la realidad es que “no somos un cuerpo y tenemos un alma. Nosotros somos un alma y tenemos un cuerpo… Este cuerpo, es la vestimenta de nuestra alma”.
La verdadera Vida Eterna ya existe y está al alcance del hombre. Basta que Él la quiera.
“Cuando una persona de Dios muere (físicamente) ella no muere; sino que pasa de este mundo, de esta clase de vida en el mundo, a vivir la vida eterna que Jesús le preparó cuando subió a los Cielos”, concluye el obispo Macedo.