La historia de Daysi Ruíz es como la de miles de mujeres argentinas, que llegaron al límite de sus fuerzas sometidas por la violencia. Ella intentó salvar su relación a pesar de los golpes. Sin embargo, los problemas iniciaron en su niñez:
“Sufrí un abuso a los cinco años, en mí empezó a crecer el odio. A los 16 años, quedé embarazada, pero lo perdí. Estuve mucho tiempo internada en un hospital. No quería comer, me había deprimido.
Lo que me había pasado de chica condicionó mis relaciones. Conocí a otra persona y los primeros meses todo fue lindo, pero tomaba y me maltrataba. Para él, yo era una cualquiera que se acostaba con todos”.
La desesperación encarnada en un hijo
“Decía que lo amaba, pensaba que eso era amor, lloraba, le pedía que no me dejara y pensé que al tener un hijo se iba a solucionar todo. Que dejaría las drogas y a las mujeres con las que andaba. Cuando tenía seis meses de embarazo, me pegó, decía que ese hijo no era suyo. Yo le tenía miedo, pero lloraba para que no se fuera, él era mi todo. Desaparecía días, mi hijo estaba traumado, lo veía y se ponía a llorar. Ya no tenía ganas de vivir, quise suicidarme tomando pastillas. Conocí la Universal, pero me alejé, dejé de ir.
Un día, iba a escapar con mi nene, pero lo agarró del brazo y nos tiró al piso. Tuve que llevar al bebé al hospital y lo internaron una semana, ahí fue que decidí dejarlo.
Se fue y pensé que iba a ser feliz. Pero comencé a tener hemorragias y sentí que me moría. Me dijeron que era cáncer de ovarios, estaba muy avanzado. Me estaba preparando para morir y supe que debía volver a la Universal. Usé la fe verdadera, me hice los estudios nuevamente y dijeron que el cáncer había de-saparecido. Superé la depresión, conocí a mi esposo. Dios me cambió, logramos nuestra casa y mi hijo tiene otra vida”.
Si está pasando por lo mismo que ella, él Único que puede transformar su vida es Dios, acérquese al Templo de la Fe, Av. Corrientes 4070 – Almagro o a la Universal más próxima a su domicilio.