“Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si el SEÑOR es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.” 1 Reyes 18.21
Una de las peores cosas que existen es ser inseguro e indefinido.
No decidir lo que se quiere es un gran problema. No saber si quiere ser abogado, ingeniero o médico, hará que usted comience un poco de una carrera, se aburrirá y la abandonará por la otra y después hará lo mismo con esa, y pasarán los años y no concluirá nada de nada.
¡Tiene que haber una decisión!
“Hago o no hago”, “Voy o no voy”, quien piensa así nunca sale del lugar. Es como una estatua.
Por eso dijo el profeta Elías:
“¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si el SEÑOR es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él.”
Hay que tomar una decisión, no se puede seguir a Dios y a Baal. ¡Nadie puede tener 2 señores!
Elías llevó al pueblo a que tomara una decisión.
¿Hasta cuándo?
Usted no puede estar dividido. ¡Es todo o nada! ¡O es o no es!
Usted quiere seguir a Dios pero también quiere seguir a su voluntad, y eso no se puede.
La vida es marcada por decisiones.
Incluso todas las mañanas hay que tomar la decisión de qué ropa ponerse.
Por eso es necesario el Espíritu Santo, para no estar dividido y, para recibirlo, igual hay que tomar una decisión y entregarse por completo, es vida por vida, es 100%.
Elías estaba solo, y viendo que los demás buscaban una respuesta de Baal, se burlaba de ellos y les decía “¡Clamen! ¡Quizás esté dormido!”.
Un solo hombre, con el poder de Dios, ¡pudo vencer a 450! Y el fuego cayó.
¿Hasta cuándo usted va a estar entre 2 pensamientos?
Hay personas que en la iglesia son como corderos, pero cuando salen por la puerta, hacen la obra de satanás.
La persona que quiere tener una nueva vida, tiene que pagar el precio, renunciar a su yo, a su querer, para hacer la voluntad de Dios.
¿Hasta cuándo estará en la iglesia y al mismo tiempo viviendo en la mentira, en el adulterio, en la malicia, etc., etc., etc.?
Uno puede engañar al hombre pero no a Dios. Él sabe todas las cosas, sabe incluso los cabellos que hay en su cabeza. Él es el Soberano. El Todopoderoso.
No sirve de nada hacer un sacrificio económico, por más grande que sea, y no sacrificar la vida.
Hay personas que quieren comprar a Dios, y a Dios no se Lo compra.
Uno dice: “Yo quiero el Espíritu Santo”. Entonces tiene que tomar una decisión, pagar el precio, abandonar la vida equivocada, los malos ojos, la malicia, la prostitución, el adulterio…
Debe decirle a Dios: “Señor, heme aquí, delante de Tu Altar, ¡haz conmigo lo que Tú quieras!”
Solo así Espíritu del Altar puede transformarlo en una nueva criatura.
Elías llevó al pueblo a decidirse y a entregarse al Verdadero Dios:
“E irá delante de Él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al SEÑOR un pueblo bien dispuesto.” Lucas 1:17
Así tenemos que ser, iguales a Elías.
El día que usted tenga un verdadero encuentro con Dios no se va a arrepentir jamás. Porque este mundo es sucio, hay odio, desamor, y todo lo malo que se puede imaginar.
Lo que usted debe hacer es abandonar la vida doble y tomar una decisión. Y cuando reciba el Espíritu Santo, va a ser igual en todos lados y esté con quien esté.
Pero para eso, deberá sacrificar sus pensamientos y su yo para hacer lo que Dios quiere.
Usted puede haber sido la peor persona de este país pero, si se arrepiente, se entrega a Dios y recibe el Espíritu Santo, va a ser esa nueva criatura.
¡Es toda su vida puesta en el Altar por el Espíritu Santo en usted!
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