“Considera y respóndeme, oh Señor, Dios mío; ilumina mis ojos, no sea que duerma el sueño de la muerte;” Salmos 13: 3
Esta es la oración de los humildes que han sido iluminados por el Espíritu de Dios y viven la fe de obediencia a Sus Leyes. Siempre están orando y vigilando para para no relajarse, y así no vivir separados del Altísimo por toda la eternidad.