“Pues tú has librado mi alma de la muerte, y mis pies de tropiezo, para que yo pueda andar delante de Dios en la luz de la vida” Salmos 56.13
Aquellos que tienen el propósito de seguir los pasos del Maestro reciben fuerzas para evitar caer en el pecado, que es la muerte espiritual. Estos viven constantemente delante del Altísimo, siendo iluminados para elegir sólo el bien, para ellos y toda su familia.