Norma: “Llegué a la Universal un martes, tenía a mi hija muy enferma, hacía cuatro años que sufría con ella. Le habían detectado esclerodermia, que consume lentamente los músculos. En lugar de crecer, se achicaba. Cuando la traje estaba postrada en una cama, tenía dos años y ocho meses. No se movía, vivíamos en el hospital. Al principio, los médicos no sabían qué tenía, le hicieron muchos estudios, tomaba siete medicamentos por día. La querían operar, pero no sabíamos si iba a poder caminar.
Mi hija más grande convulsionaba cada dos horas y tenía principio de broncoespasmos. Yo también me estaba enfermando, me encontraron 12 quistes en cada mama, sufría de los nervios, me deprimí, hasta pensaba en la muerte. No encontraba salida, pensaba en matar a mis hijas y después suicidarme.
En una plaza me hablaron de la Universal. Mi nena era muda por culpa de la esclerodermia. Recuerdo que el primer día que vinimos, ella dijo “Jesús”, fue la primera vez que escuché su voz. Había recorrido muchos otros lugares, pero no había encontrado ayuda.
Acá aprendí a usar mi fe y empecé a luchar. Mi hija se operó y volvió a caminar. También hice votos y propósitos por la otra nena y dejó de convulsionar, dejé de ir a la guardia.
Pasé por muchas cosas, uno de los pechos se me hinchó. Fui a los médicos, me hicieron estudios y encontraron un quiste que estaba por explotar. Me dieron remedios y el dolor no se me pasaba. Cuando me prepararon para la cirugía sucedió lo inesperado. Estando allí, la doctora me palpó y dijo ‘¿qué le vamos a sacar señora?, porque acá, yo no encuentro nada’. Me hizo un estudio y resulta que ya no estaba. La médica no lo cree hasta ahora. Cada cuatro meses voy al médico, me hago todos los estudios y estoy sana”.
Martes a las 8, 10, 16 y principalmente a las 20 h en Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más próxima a su casa.
La Iglesia Universal del Reino de Dios aclara que todos los conceptos emitidos en este periódico, como en su programación radial y televisiva, en modo alguno deben ser interpretados en desmedro de la medicina, ni de quienes la practican. NO DEJE DE CONSULTAR A SU MÉDICO.
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