Te aconsejo que de mí compres oro refinado por fuego para que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se manifieste la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos para que puedas ver.” Apocalipsis 3:18
Nuestro precioso Dios ofreció al mundo a su Hijo Jesús, para comprar a todos los pecadores con su muerte, para así ser perdonados y salvos. La sangre de Jesús los limpia y purifica y los vuelve blancos como la nieve. Éstos, que por Él se vuelven justos, libres de la maldición de la muerte eterna del infierno, empiezan a pensar y hablar de su Justicia y en sus ojos no hay más maldad, odio e insatisfacción. Fueron iluminados con Su Luz comenzando a andar de acuerdo con Su Palabra.