Iniciar un nuevo ciclo de trabajo después de las vacaciones siempre resulta complicado, esto provoca que durante los primeros meses del año se registre un bajo rendimiento en la mayoría de las empresas.
Con voluntad puede aprovecharse la primera parte del año como una fase de calentamiento, de preparación y apuntalamiento de los proyectos y metas anuales.
Podemos hacer el símil del comportamiento de nuestra organización en estos meses con el de un maratonista en Miami o Nueva York, que para llegar a su meta habrá de pasar ineludiblemente por su fase de calentamiento, en la que un conjunto de ejercicios físicos activarán sus órganos y le dispondrán para un desempeño óptimo, evitando riesgos y mejorando las posibilidades de éxito del competidor.
En las organizaciones productivas esa primera fase de calentamiento es también imprescindible para preparar trabajo de todo un año. Esta fase representa la puesta en marcha de acciones que contribuyan a generar un buen entorno laboral y la aplicación de adecuados estímulos que detonen el empeño de los colaboradores.
El calentamiento organizacional debe ser acorde a las características de cada área y el gerente responsable parece ser el más indicado para cumplir el papel de “entrenador” de su personal directo. De la misma forma que el maratonista inicia el calentamiento con ejercicios, tocando en primer lugar los puntos más débiles y en particular aquéllas zonas que hayan sufrido algún percance, nosotros en nuestras organizaciones podemos ejercitar el feedback o retroalimentación del desempeño, indicando a cada uno de nuestros trabajadores los puntos donde han observado su progreso y aquellos que pueden mejorar.
Un buen ejercicio organizacional para emprender grandes retos durante el año es la escucha activa, que permita conocer cómo nuestros colaboradores tienen planeado alcanzar sus metas, incrementar sus fortalezas y revertir sus debilidades. Con esto, un comentario como “excelente trabajo” puede resultar muy útil para su equipo de colaboradores y para el ambiente organizacional. Reconocer los méritos a la luz de los resultados del cierre de año puede potenciar la moral de nuestros colaboradores y hacer que estos laboren con más empeño.
Los primeros meses del año pueden también ser un momento propicio para poner en manos de nuestros colaboradores publicaciones relacionadas con el negocio; para enviarles a eventos de intercambio de experiencias o para capacitación, acciones que en su conjunto contribuyen a generar la elasticidad mental que requerimos en nuestros capital humano.
Y, por otro lado los primeros meses del año son la mejor época para fomentar la creatividad, las nuevas ideas e iniciativas y para alentar la autoestima grupal y el sentido de pertenencia.
De la misma forma que el maratonista se ha impuesto uno de los retos más grandes en su disciplina, las organizaciones pueden aprovechar esta época para involucrar al personal en grandes proyectos. Como en el maratón, en las organizaciones un poco de competencia marca una gran diferencia. Un competidor difícil o un gran “sueño” de aplicación tecnológica pueden proporcionar gran motivación.