Después de la Santa Cena, se levantaron las luchas y persecuciones más severas de todas.
La prisión de Jesús: Los azotes, las injusticias y las humillaciones. Así, también en los días de hoy pasamos por diversas luchas y tribulaciones, después de hacer una alianza con Dios. Toda esa presión que el mundo trae a nuestra vida solamente tiene un objetivo: que deshagamos nuestra alianza.
Los discípulos huyeron: Muchos también huyen en los días de hoy, incluso participando de la Santa Cena. Escapan de la disciplina de la Palabra de Dios, de la entrega en el Altar, huyen para ocultarse con una vida de pecados. Por más que vengan las luchas, quien es de la fe no huye, no tiene miedo, sino que continúa rumbo a la salvación.
Pedro negó a Jesús tres veces: Muchos incluso dicen con palabras: “Yo amo a Jesús”, pero Lo han negado con sus actitudes. Negaron su fe por donde andan, y muchas veces no les hablan de Jesús a otras personas. Incluso participan de la Santa Cena, pero, como Pedro, han negado a Jesús diariamente.
Judas Lo traicionó: La traición al Señor sucede cuando ponemos a algo o a alguien en el lugar que Le corresponde a Dios. Muchos traicionan lo que el Señor hizo por ellos, colocando las conquistas, la familia y su voluntad en el lugar que debería ser de nuestro Padre. Si Él no es el primero, usted Lo está traicionando. Judas colocó 30 monedas de plata por encima de Dios.
El Señor Jesús fue al Calvario: Incluso con todos nuestros errores, y con lo que sucedió, Jesús cumplió Su misión, pues Él nos amaba. Así debemos amar al prójimo, no podemos negar a Jesús delante de nadie, ni frente a nuestros enemigos. Tampoco traicionarlo, eso jamás. Necesitamos continuar y agradarlo en todo.
Nuestras actitudes definirán cómo será después de la Santa Cena. Puede aprovechar ese momento o hacer que sea una más. Usted decide lo que pasará de aquí en adelante.