“… pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y Me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Hechos 1:8
Si observamos atentamente el versículo de arriba, veremos que el Señor Jesús, al decir esas palabras, explicaba que los resultados que se cosechan de la obra espiritual son solamente consecuencias del cambio interior promovido por el Espíritu Santo.
“El Señor Jesús no se refiere solo a recibir el Espíritu Santo para que se realicen milagros. Él se enfoca en el ‘ser’ y no en el ‘hacer’. Porque muchas personas hacen la Obra de Dios. Sin embargo, cuando el Espíritu Santo desciende, Él quiere formar en la persona el carácter de Jesús. Hace que nos volvamos espíritu, nuevas criaturas”, aclaró el obispo Edir Macedo, durante su mensaje de la Palabra Amiga.
Este pasaje bíblico nos ayuda a comprender el propósito del Señor Jesús cuando además dijo:
“Muchos Me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu Nombre, y en Tu Nombre echamos fuera demonios, y en Tu Nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: nunca os conocí; apartaos de Mí, hacedores de maldad.” Mateo 7:22-23
Estas personas mencionadas por el Señor Jesús “aprendieron” a hacer la Obra de Altísimo, pero no recibieron el cambio interior que Él promueve.
“¿De qué me sirve conocer los misterios del Reino de Dios, tener información y hacer la Obra de Dios, sino obedezco Su Palabra? No sirve de nada. Mucho más que hacer, Él quiere que tengamos Su carácter”, agregó el obispo.
Él, además, dijo que muchas personas transmiten una apariencia de santidad, pero que, en realidad, están contaminadas con el pecado. Están aquellos que incluso hacen la Obra del Señor, pero que no tienen Su carácter.
Ayuno de Daniel
Por eso, si usted está en esa condición, reconcíliese con el Señor Jesús mientras haya tiempo. Desde hoy hasta el 9 de junio, se lleva a cabo el propósito “Ayuno de Daniel” para que suceda un avivamiento a través del Espíritu Santo. Culminará el día de Pentecostés con el descenso del Espíritu Santo, en directo, desde el Cenáculo de Jerusalén. Si usted desea ese avivamiento espiritual, participe de las reuniones que se realizan en el Templo de la Fe o en una Universal más cerca a su domicilio.
Siga de cerca las novedades sobre el Ayuno de Daniel aquí, en el Universal.org.ar.