Eber Rodríguez: “Mi infancia fue complicada. Desde los 10 años me separaron de mi familia. Mi padre me dejó al cuidado de una señora, ese fue el peor momento de mi vida. Yo esperaba que él volviera, pero nunca sucedía. Ahí comencé a sentir rencor hacia él.
Me levantaban a las cinco de la mañana para hacer los quehaceres domésticos. No tenía a nadie para hablar, necesitaba el cariño de mis padres. Se juntó todo y comenzó la depresión.
Me convertí en jugador de fútbol, era mi sueño. Pero me desgarré y no pude seguir, fue como si la vida se hubiera terminado.
Cuando uno está deprimido y no conoce a Dios, parece que no hay forma de salir. Por tu cabeza pasan muchas cosas. Quería ayuda, pero no recibía lo que anhelaba. En un momento miré el techo y me pareció que era perfecto para atar una soga y colgarme. Así, la gente me vería muerto.
Me invitaron a la Universal y tomé la decisión de ir para salir de todo eso. Con el tiempo, Dios me dio la felicidad que el mundo no me pudo ofrecer. Superé la depresión, el rencor y tengo una buena relación con mi familia”.
Participe este viernes a las 12 h en el Templo de la Fe, Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más cercana a usted. Haga clic aquí y vea las direcciones de la iglesia.
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