¡No, no y no!
Preocupaciones, ansiedades y miedos son sentimientos generados por las dudas.
No parece, pero cualquiera de ellos traba, como mínimo, retrasa cualquier proyecto personal.
¡Eso mismo!
El Espíritu Santo ha estado conmigo, sin embargo, en mis cincuenta y cinco años de convertido, nunca conseguí Su ayuda mientras manifesté preocupación, ansiedad o miedo.
La reacción de Dios depende de la acción de la fe. Es decir, depende de la certeza de que Él hará lo que prometió que haría según Su voluntad.
No sirve de nada ser una persona religiosa, caritativa, fiel y fervorosa en algunas cosas, si no se despoja de las preocupaciones, ansiedades o del miedo de no lograrlo.
Porque son señales claras de dudas. Y el que duda es como las olas del mar, jamás se afirma.
Un secreto:
“Por nada estén ansiosos, sino sean conocidas siempre sus peticiones delante de Dios en oración y súplicas y con acción de gracias.” Filipenses 4:6
1 – ¡No esté ansioso por nada, ¡ni por recibir el Espíritu Santo!
2 – Presente su petición a Dios, sea por la oración, sea por la súplica y,
3 – Aguarde, espere y crea sin reclamar de sí mismo y de Dios la respuesta.
4 – Dados estos tres pasos, manifieste su fe. Imagínese respondido. Dele gracias a Dios, alabe Su nombre, en fin, manténgase en el estado alegre de quien ya recibió lo pedido.
Si usted hace su parte, el Señor Jesús hará la de Él;
Si no la hace ahora, la hará dentro de poco;
Si no la hace en poco tiempo, la hará más tarde;
Si no la hace más tarde u hoy, la hará mañana;
Si no la hace mañana, la hará pasado mañana …
Manténgase en ese ritmo de espera confiada.
Mientras tanto, las ansiedades, preocupaciones y miedos desaparecerán.
¡Usted no tiene idea de lo rápido que su sueño se realizará!
¡Tengan la vida realizada, en el Nombre del Señor Jesucristo!