Míriam: «Mi vida estaba destruida. Tenía depresión, insomnio, deseos de quitarme la vida, problemas en mi matrimonio y en mi economía. Recibí un ejemplar del periódico «El Universal» y empecé a participar de las reuniones.
Cuando les conté a mis compañeros de trabajo, ellos me dijeron que no me metiera ahí. Me decían que era una secta, que buscara en Internet información acerca del obispo Macedo y que me iba a dar cuenta de eso, pero hice oídos sordos y seguí perseverando porque mi vida había empezado a cambiar.
De hecho, el primer día que fui recibí paz, que era algo que no tenía. No podía dormir por las noches y vivía llorando. Por eso, empecé a participar todas las semanas para buscar mi liberación.
Después me bauticé en las aguas, me entregué a Dios y busqué tener el bautismo con el Espíritu Santo. Fui transformada, hoy siento ganas de vivir y de ayudar a otras personas, tengo un pedacito del cielo en mi casa.
Por otro lado, los médicos me habían dicho que no podía quedar embarazada. Sin embargo, perseveré en las reuniones, usé la fe y Dios me respondió con un milagro. Hoy tengo a mi hijo.
Con mi esposo tenemos paz, nos llevamos bien, tenemos una casa bendecida, trabajo, no nos falta nada, y cada día crecemos más. Mi vida fue transformada en todas las áreas y, principalmente, en la económica.
A las personas que están leyendo este periódico y están pasando por la misma situación por la que yo pasé les digo que se acerquen a la iglesia a buscar a Dios, porque, sin duda, su vida va a ser transformada como fue la mía».
Ella asiste a la Iglesia Universal ubicada en Av. Rawson 435, Trelew, Chubut.