Aún hay tiempo de participar de este propósito que puede ayudarte a vencer las tempestades del mundo
El 11 de julio comenzó el propósito del Ayuno de Daniel, promovido por la Universal para que las personas se alejen de lo que no les suma en nada o les hace mal, y así se acerquen a Dios.
Muchos hombres creen que acercarse a Dios es algo simple y, en su visión, solo deben leer la Biblia o ir a la iglesia, porque con eso ya cumplen su compromiso, sin embargo, eso no es verdad. Las personas actualmente son bombardeadas por informaciones y, en medio de ese bullicio que escuchan, no les queda tiempo para escuchar lo que Dios quiere decirles. Él siempre quiere y tiene algo que decir. Si no Lo escucha, necesita resolver este tema.
Es innegable que todos estamos en la mira de la contaminación visual y auditiva, pero también es verdad que el ser humano es una presa fácil para las llamadas maléficas de nuestra sociedad. ¿Cuántas publicidades de auto, de bebida o de productos masculinos son protagonizadas por mujeres semidesnudas? Además, con tan solo abrir cualquier red social pueden verse sugerencias de contenidos de trajes de baño. Sumado a eso los infinitos grupos de WhatsApp o Telegram en los que casi todos los integrantes pasan el día tomándose fotos y videos obscenos.
Todos esos contenidos claramente son perjudiciales, porque desvía el objetivo del hombre de lo que realmente importa y lo encamina a la pornografía o a los pensamientos de adulterio.
No obstante, aún hay otro tipo de contenido que siempre escuchamos decir que no nos hace mal, como las películas de guerra, el fútbol, los videojuegos, la música secular. Realmente, como una distracción aislada, nada de eso hace mal, pero su consumo excesivo ocupa todo el espacio limitado que hay en la mente del hombre.
El propósito del Ayuno de Daniel nos incentiva a crear un filtro. La persona deja de ingresar a todo lo que no le suma en nada, tanto a lo que claramente le hace mal como a lo que no, y usa su tiempo y su mente para conversar íntimamente con Dios, meditar con tranquilidad y atención en Su Palabra, y buscar al Espíritu Santo o enfocarse en estrechar su relación con Él. Cuando esto sucede, el hombre queda limpio y comienza a sentirse más liviano y fuerte para seguir adelante.
Aún hay tiempo
Este propósito de 21 días son tres semanas de ayuno más intenso, con total abstinencia de las cosas del mundo, para que el acercamiento a Dios sea más efectivo. Sin embargo, el comportamiento que aprendieron durante esos días, el filtro que hizo debe mantenerlo por el resto de la vida. Por lo tanto, aunque no estés participando de este propósito, es posible que lo comiences hoy mismo. Aprovechá los días que quedan para que moldees tu comportamiento para el futuro.
Aprendé a usar tu tiempo de manera más sabia y a limpiar tu mente con más eficiencia, los beneficios de este ayuno se extenderán y siempre estarás atento a lo que Dios quiere decirte.