Esta duda impide a muchas mujeres de ser felices. Pero es importante actuar conforme a su fe.
Desde el principio al hombre se le dio la responsabilidad de la conquista, es él quien siempre dio el primer paso para iniciar una relación amorosa. Por mucho que en la actualidad esta idea está cambiando, muchas mujeres todavía sufren a la hora de declarar sus sentimientos.
Hay quienes se sienten avergonzados cuando tienen que tomar la iniciativa. Para la autora del libro “Elegida para el altar,” Tania Rubim, esta actitud depende mucho de la fe y de la manera de ser de cada una. “Si usted está interesada en alguien y tiene fe y coraje para expresar sus sentimientos, ¡adelante! Esto no le desvalorizará como mujer”, dice.
Para Rubim, la mejor manera de que el pretendiente descubra sus sentimientos por él es diciéndoselo. “Haga esto con respeto y sinceridad, si usted no habla, ¿cómo él lo sabrá? De seguro no va a adivinar. Hablar de lo que usted siente no es vergonzoso, ni quiere decir que usted se está rebajando”, resalta.
La escritora habla de la peor manera de llegar a la persona. “Lo que creo que desvaloriza a la mujer es cuando ella se insinúa a un hombre, ofreciéndose. No tiene coraje de hablar lo que siente, entonces se queda exhibiendo, enviando miradas fatales que parece que va a comerlo con los ojos. O cuando él está cerca ella habla en voz alta, da risas escandalosas con la intensión de llamar su atención de alguna manera, o entonces da indirectas. Eso sí es feo, indiscreto y deprecia su imagen, estas actitudes hacen que él piense que es una ofrecida”, aconseja.
Rubim cree que actuar con prudencia es la mejor elección. “Es mejor actuar con discreción y, en vez de querer mostrar sus sentimientos de manera equivocada, aproxímese a el muchacho y sea sincera con él. Pero vaya preparada. Lo máximo que puede suceder es que usted reciba un no como respuesta. Pero en este caso, usted puede decidir en su vida y no perder el tiempo haciéndose ilusiones con algo que no tiene futuro”.
“Si él corresponde a sus sentimientos, déjelo tomar la iniciativa a partir de ahora. Él debe conquistarla, invitarla a salir, llamarla… No olvide que el hombre es el cazador y le gusta el desafío de conquistar, permita que él haga su parte”, concluye Tania Rubim.