El monte Tabor, con 575 metros de altitud es una gran elevación, situada a 17 kilómetros del Mar de Galilea. Este monte fue escenario de la Transfiguración de Jesucristo. En la cima, la profetisa Débora orientó al israelita Barac y a sus hombres contra el numeroso ejército del poderoso comandante cananeo, Sísara.
Cuenta el libro de Marcos, que Jesús subió al monte Tabor para orar en compañía de Pedro, Santiago y Juan. En lo alto, los tres discípulos fueron testigos de algo que los espantó: repentinamente, Jesús emitió un brillo muy intenso. Sus vestiduras se volvieron tan blancas “como jamás ningún lavadero sobre la tierra podría blanquear”. Los seguidores del Hijo de Dios no presenciaron la conversación con dos de los grandes profetas que vivieron siglos antes: Moisés y Elías. Los seguidores de Jesús fueron tomados por un gran temor, y una nube cubrió al Mesías y a sus dos interlocutores. De la nube salió una imponente voz: “Este es mi Hijo amado; a Él oíd.”
Después, los tres apóstoles solo vieron a Jesús, con sus vestimentas volviendo a la normalidad. El episodio quedó marcado en la historia como la transfiguración que significa, cambio de apariencia.
Pero eso no es todo, el monte Tabor (Transfiguración) fue el escenario de otro acontecimiento bíblico importante, también en el período del Antiguo Testamento. En el libro de Jueces se describe una gran batalla. En aquellos tiempos, por hacer lo que no le agradaba a Dios, los hijos de Israel fueron entregados por Dios al rey de Canaán, Jabín, quien los oprimió duramente 20 años.
Débora, la profetisa, mandó a llamar al israelita Barac, que elegiría 10 mil hombres de entre sus patricios. Los reunió en el monte y a sus pies enfrentaron a los hombres de Sísara, el poderoso comandante del ejército de Jabín. Según Débora, Dios había garantizado la victoria, y realmente sucedió. Ningún hombre de Sísara sobrevivió y él huyó, pero terminó muerto en una tienda en la que pidió refugio. Poco después, el cananeo Jabín caería por las manos de los hijos de Israel.
Otra lucha manchó de sangre el suelo de Tabor. Los hermanos de Gedeón fueron asesinados en este monte por los reyes madianitas Zeba y Zalmuna, acto del cual se vengó más tarde, enfrentando al ejército de los dos monarcas y matándolos.
Sobre la imponente planicie de Jezreel, en Galilea, del alto de Tabor, la vista es privilegiada (lo cual justifica el posicionamiento de Barac y sus hombres, ya que la visión es muy estratégica). Al noroeste, es posible ver la muy cerca región de Nazaret. Al oeste, el monte Carmelo. Al sur, la colina de More y, bien cerca de ésta, el monte Gilboa.
Simétrico, el Tabor actual está todo cubierto por una abundante vegetación de un verde intenso. En el punto culminante, un extenso y recto terreno justifica haber sido tan usado. En medio a la densa vegetación lateral, un camino zig-zag (para suavizar el acentuado declive), continua siendo usado como acceso al campo de la cima.
A belleza natural de la montaña inspiró a otros escritores de la Biblia, que siempre la usaban como ejemplo para comparaciones poéticas. El Tabor es citado en los libros de Salmos, Josué, Jeremías y Oseas, entre otros.