María creció viendo cómo su madre era maltratada por su padre, su hogar era un lugar de angustia y discusiones constantes.
Ella sentía que nunca podría ser feliz junto a su familia, no podía encontrar la salida y sintió que no tenía sentido vivir así, entonces pensó en suicidarse.
Pero todo cambió cuando María aprendió a confiar en Dios. Hoy es feliz, el pasado quedó atrás y disfruta de una familia bendecida.