Marta sufría al ver su familia destruida. Ella y su hijo tenían vicios, su marido la había engañado y ella no podía perdonarlo, aunque vivían bajo el mismo techo. Su hija se iba a convertir en madre soltera y los médicos le dijeron que el bebé tendría malformaciones, en su hogar sólo existían peleas y agresión.
A esos problemas se les sumaron los económicos, Marta estaba depresiva y se enfermó por los nervios.
Pero, su vida dio un giro cuando decidió poner todos sus problemas en las manos del Señor Jesús. Hoy encontró la paz y verdadera felicidad que tanto había buscado.
Participe este Domingo a las 09.30 en Av. Corrientes 4070, Almagro o en el Cenáculo del Espíritu Santo más próximo a su casa.