Quien pone los límites en el noviazgo es su temor a Dios. Es él que determinará hasta dónde puede o debe llegar.
La Biblia es bien clara sobre eso: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna.”, (1 Corintios 6:12).
Si usted percibe que ciertas actitudes o situaciones lo llevarán al pecado, o pueden hacerle caer, huya de ellas.
Cuanto yo estaba de novia (Tania Rubim), el pastor siempre enseñaba que las parejas deberían estar de novios con la biblia en el medio. Pero, ¿cómo? “¿Voy a andar con la Biblia en la calle siempre que estoy con mi novio?”, ¡no! El pastor quería decir que siempre que estuviéramos juntos jamás podríamos olvidarnos de la Palabra de Dios y de sus enseñanzas, para no desagradarle, pues el temor a Dios sería nuestro freno.
Pero también puedo darle algunos consejos para evitar caer en tentación:
– Eviten estar en lugares aislados, sin nadie cerca. Recuerdo que estaba en la sala y siempre mi hermana y mi madre estaban cerca. Tener a alguien mirando siempre es bueno;
– Los besos largos también son peligrosos, mejor evitarlos;
– Nunca quedarse en la oscuridad;
– Nada de manos acariciando el cuerpo del otro;
– No quedarse con el cuerpo pegado al del otro;
– Respetar los horarios determinados por los padres.
(*) Texto extraído del blog de Tânia Rubim.