“Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes; y puso la corona real en su cabeza, y la hizo reina… ” (Ester 2:17) Ester era una mujer hermosa. Sus padres murieron cuando era muy joven. Criada por su primo Mardoqueo como su hija, esta joven estaba destinada a ser una más en medio de la multitud, pero Dios tenía un plan para su vida.
En los tiempos de Ester había un rey llamado Asuero, que gobernaba 127 provincias desde India hasta Etiopía. La reina Vasti, mujer de Asuero lo desobedeció y fue destronada. El rey estaba en busca de una nueva esposa. Entonces se reclutaron mujeres jóvenes y bellas de todas las provincias. Y Ester era una de las 127 mujeres candidatas a conquistar el corazón del rey.
La Biblia dice que Ester era linda. Pero no era suficiente su belleza para ser coronada. Se tenía que preparar y estar a la altura del rey Asuero. Tuvo que aprender a comportarse y tener actitudes coherentes alas de una reina.
Ester tenía sus valores, pero necesitaba ser pulida. Antes de ser elegida, la Biblia dice que ella estuvo un año preparándose (lea Ester 2:12).
Debemos prepararnos para recibir las bendiciones de Dios. Debemos estar preparados para gobernar.
Ester no tenía a nadie. Pero tenía a Dios. Tal vez usted piensa que no tiene a nadie, pero Dios te está cuidando. Tal vez usted piensa que no puede lograr algo porque hay gente mejor que usted. Pero, el que tiene al Dios de Israel como su escudo supera cualquier obstáculo.
El arma de Ester
Antes de ser coronada, Ester también se sentía insegura por lo que sus ojos veían: muchas mujeres bonitas tratando de ganar el corazón del rey. Pero incluso delante de 126 mujeres, ella se concentró en su objetivo. Dios tenía un plan para la vida de aquella mujer, y con oración, obediencia y fidelidad al Señor, ella consiguió la victoria.
Dios quitó a una mujer del anonimato y la colocó al lado de unos de los reyes más poderosos de la tierra en ese momento. Y así, la mujer que entró en el palacio del rey Asuero como una huérfana, fue conocida como la reina y libertadora del pueblo judío.
Lección
Que podamos apuntar el ejemplo de Ester y utilizar nuestras mejores armas, que son la oración y la obediencia. A ver con ojos de la fe y no sólo ver lo que nuestros ojos carnales nos muestran, porque sólo con sabiduría, fe, fidelidad y oración, tendremos también nuestra victoria.