“Obispo, no puedo controlar mi carne como debería hacerlo. No estoy en la prostitución, pero, a veces, siento como si lo estuviera. Sufro por la impureza de mis pensamientos en relación al sexo. Eso me frustra. Por favor, déme algún método con el Señor Jesús para lograr controlarme hasta tener a alguien especial en mi vida.”- Renato.
Respuesta:
Lo primero que debe hacer es huir de la apariencia maligna, porque, cuando huya, Dios le dará fuerzas para vencer. Desde el punto de vista humano, todo coopera para que usted piense en cosas pecaminosas. Simplemente usted tiene que abolir eso de su vida y ocuparse de las cosas de Dios. Cuando venga un pensamiento malo, piense en cosas buenas, acuérdese que el Espíritu Santo que lo eligió para habitar en usted.
Yo también era visitado por pensamientos sucios, diabólicos, aún siento bautizado con el Espíritu Santo. Determiné que cuando esos pensamientos vinieran adoraría a Dios. Así conforme venían esos pensamientos, yo alababa a Jesús y ya no pensaba más en cosas malas. El hecho es que el mal odia que adoremos a Dios. Cuando usted usa ese argumento y lo practica, resiste al mal y vence. Dios verá su esfuerzo y, con seguridad, va a contestar su oración. Eso es importante porque la fe es algo que se pone en práctica. No basta apenas orar. Usted tiene que orar y luchar, poner en marcha su fe.
¡Que Dios lo bendiga!
Texto extraído del blog del obispo Edir Macedo