Controlando los alimentos que contienen un tipo u otro de grasa podremos mejorar nuestra salud en gran medida
Normalmente asociamos las grasas a una mala salud o un tipo de nutriente nocivo para nuestro organismo, y no es así. Las grasas junto a los hidratos de carbono son una de las principales fuentes de energía de nuestro cuerpo, lo que las hace esenciales en nuestra dieta y las debemos consumir de forma moderada.
Las grasas se dividen en dos tipos, las grasas saturadas principalmente de origen animal, y las grasas insaturadas que encontramos en vegetales, pescado, etc. El consumo de éstas es totalmente necesario para el buen funcionamiento de nuestro organismo, aunque debe ser moderado, sobre todo en el caso de las grasas saturadas, ya que un exceso traerá graves consecuencias para nuestro cuerpo. Por el contrario la ingesta de grasas insaturadas puede hacernos mucho bien.
Controlando los alimentos que contienen un tipo u otro de grasa podremos mejorar nuestra salud en gran medida. Y es que nuestro equilibrio corporal y el buen funcionamiento de nuestro organismo dependen de un conocimiento de los alimentos que debemos o no comer.
Grasas saludables
Son básicamente las grasas insaturadas y se encuentran fundamentalmente en las grasas de origen vegetal (aceite de oliva virgen), en el pescado (Omega 3), almendras, castañas, nueces y aceitunas. Su consumo regular es indispensable para mantener una dieta saludable y equilibrada.
Una alimentación rica en ácidos grasos insaturados disminuye el riesgo de padecer muchas enfermedades, especialmente las cardiovasculares. Su consumo habitual constituye un remedio eficaz para reducir el nivel de colesterol y de triglicéridos en sangre, y contribuye a regular la presión arterial.
La población española debe poner especial cuidado en favorecer una dieta rica en ácidos grasos insaturados, ya que las enfermedades cardiovasculares son la causa de la mitad de las muertes que se producen en nuestro país.
Los nuevos estilos de alimentación de los hombres y mujeres españoles poco tienen ya que ver con la dieta saludable de nuestros abuelos, propia de la cultura mediterránea, esto ha hecho que se pierda la dieta rica en ácidos grasos insaturados pasando a un segundo plano en favor de una con exceso de grasas saturadas.
Las grasas poco recomendables
Su consumo es necesario para el correcto funcionamiento del organismo humano, pero de forma muy limitada. Si se ingieren en exceso, los ácidos grasos saturados aumentan el nivel de colesterol y reducen la capacidad del organismo para eliminarlo, elevando el riesgo de aparición de buen número de enfermedades, fundamentalmente las cardiovasculares.
Las encontramos fundamentalmente en la carne, y aceites de coco y de palma. Pese a que estos aceites son desconocidos en la cocina, lo cierto es que están presentes en gran parte de la bollería industrial que habitualmente ingerimos, y en otros alimentos que compramos ya preparados.
La comunidad científica internacional y las autoridades sanitarias coinciden en señalar la necesidad de reducir el consumo de este tipo de grasas a favor de una mayor presencia en la dieta de las grasas beneficiosas para la salud humana, los ácidos grasos insaturados.
Una dieta que incluya de forma regular todos los nutrientes necesarios en la cantidad adecuada nos protege de la aparición de numerosas enfermedades.
Pese a que nuestra salud está influenciada por los estilos de vida actuales, podemos y debemos incidir nosotros mismos en mejorar nuestra alimentación y convertirla en saludable y equilibrada.
Por todos estos motivos debemos consumir principalmente grasas insaturadas que nos aportarán la salud y el bienestar necesario para nuestro organismo, así como la energía que requerimos para el buen funcionamiento del organismo.