Pero antes, el sufrimiento es inevitable
Un noviazgo o un casamiento roto. No importa el nombre que una relación lleve, pero sí la intensidad de los sentimientos. Es ésta vehemencia la que lleva también al sufrimiento cuando finaliza.
Cuando el rompimiento es evidente es importante entender algunos puntos para que este sufrimiento sea amenizado. “La primer cosa es admitir que las relaciones amorosas pueden no funcionar. En algún momento es posible vivir la frustración”, explica la psicóloga Margareth dos Reis.
Ella aclara también que ese sufrimiento es algo profundo y real. “Cuando la persona pasa por eso, es como si su vida dejase de tener sentido, ella tiende a entrar en un pensamiento de no tener perspectivas de ser feliz. Una separación siempre deja marcas no solo para quién quería continuar la relación, sino también para quien toma la iniciativa de la separación. El sufrimiento viene de una relación que tuvo un gran significado.”
Para recuperarse de este trauma algunas cosas importantes que deben considerarse. “Puede ser que la persona necesite llorar mucho, agotar esa amargura, pero al mismo tiempo que pasa por eso, es importante buscar el apoyo de los amigos y tener una vida social activa, buscando aquello que hace tiempo que no realizaba por causa de la relación o descubrir cosas nuevas para distraerse”, enseña Margareth.
La recuperación
Con el tiempo, la persona percibe que hay “luz en el final del túnel”. “El dolor cumple un ciclo: primero viene la pérdida de rutina, aún cuando la relación termina por causa de insatisfacción. Después ella tiene que buscar otro argumento para su vida. Solo después de eso, será capaz de pasar por altos y bajos”, apunta Margareth.
Parece antagónico, pero el término de una relación puede traer algo bueno. “La persona busca disposición para innovar, puede reconocer sus propios límites y aprovechar la experiencia como un aprendizaje de visa para madurar”.
La madurez será puesta en práctica en relaciones futuras. “Para eso, la persona necesita valorarse, gustarse a sí misma, sino termina esperando más del otro que de ella misma. Partiendo de eso, ella aprovechará esa experiencia para saber elegir, para poder percibir más rápidamente si la relación tiene o no potencial para desarrollarse”, finaliza la psicóloga.