Un estornudo puede salir del cuerpo a 160 kilómetros por hora
Una sensación de picazón invade su nariz y, de repente, “achís”. El estornudo viene súbitamente y ni es necesario estar engripados o resfriados, basta el contacto con el polvo, el humo, el olor y hasta incluso una flor o animal, pues un individuo puede ser alérgico al polen y a otros agentes.
El estornudo tiene la función de limpiar el organismo, eliminando las suciedades, microbios y secreciones que irritan el interior de nuestras narices y pulmones y, a veces, sucede por un bloqueo bacteriano en las vías respiratorias. Puede ser desencadenado también por un estímulo visual, ya que las estructuras nerviosas de la nariz y de los ojos son muy cercanas.
Sentido común y salud
Educación, sentido común y el mínimo de higiene son esenciales para la convivencia en sociedad, principalmente cuando hablamos de una cuestión de salud. Si una persona estornuda y no se coloca un pañuelo (o el antebrazo a falta del mismo) tapando la boca o la nariz, esparce cerca de 40 mil gotitas en el aire, que pueden transmitir varias enfermedades.
¿Podemos contener el estornudo?
El estornudo es controlado por la misma región del cerebro responsable por la respiración. Ambas opciones son involuntarias, lo que significa que no siempre usted conseguirá contener el estornudo. Y ni siquiera debe hacerlo, ya que el aire expulsado con el estornudo puede alcanzar hasta los 160 kilómetros por hora. El individuo correría el riesgo de sentir vértigo y sordera o incluso tener la ruptura del tímpano, debido al aumento de la presión interna.
Algunas de maneras más populares, y por qué no decir más graciosas, para evitar el estornudo son: hacer presión en el paladar con la punta de la lengua, mirar para arriba con los ojos sin levantar la cabeza, morder levemente el labio superior, escupir o tragar la saliva repetidamente y mirar un punto de luz, aunque en algunas personas eso provoque el efecto contrario y estimule aún más las ganas de estornudar.