El Día de la Familia es un momento para estrechar relaciones en casa. “Yo y mi casa serviremos al Señor.” Josué 24:15
Hoy se celebra el Día Internacional de la Familia, fecha establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993 para hacer eco de la importancia que la comunidad internacional le otorga a la familia. Es la ocasión propicia para promover la concientización y un mejor conocimiento de los procesos sociales y económicos que afectan a este importante núcleo de la sociedad.
El tema elegido para el 2012 es “Lograr un equilibrio entre el trabajo y la familia” y hace énfasis en la importancia de lograr que exista una verdadera conciliación entre la vida personal, familiar y la laboral.
El mensaje del Secretario General de las Naciones Unidas en el Día Internacional de la Familia 2012 ha sido el siguiente:
Este año, el Día Internacional de la Familia pone de relieve la necesidad de lograr un equilibrio entre el trabajo y la familia. El objetivo es ayudar a los trabajadores de todo el mundo a atender las necesidades económicas y afectivas de sus familias, a la vez que se contribuye al desarrollo socioeconómico de la sociedad en la que viven.”
Los valores de la Familia
Cuando hablamos de familia podemos imaginar a un grupo de personas felices bajo un mismo techo y entender lo importante que es la manutención, los cuidados y la educción de todos los miembros que la componen.
Pero el factor más imprescindible es descubrir la raíz que hace que la familia sea el lugar ideal para forjar valores que nos hagan crear una manera de vivir más humana y esto influirá en la sociedad, en la convivencia con los demás.
El valor de la familia no es solamente los momentos felices o la solución a los problemas del día a día. El valor nace y se desarrolla cuando cada miembro asumimos con responsabilidad y contentos, el papel que nos toca desempeñar en esta unidad, ayudando así al bienestar, desarrollo y felicidad de todos los demás componentes de la familia.
Para que una familia sea feliz es indispensable que todas las personas que la integran participen en los mismos intereses, compartan gustos y aficiones y se interesen los unos por los otros.
Toda familia unida es feliz sin importar la situación económica. Los valores humanos no se compran, se viven y se dan como lo mejor que podemos ofrecer.
Allí, en la presencia del Señor tu Dios, comerás hasta quedar satisfecho junto con tus familias, y te alegrarás por todo lo que hayas logrado gracias a la bendición del Señor tu Dios. Deuteronomio 12:7